¿Por qué cada vez más la gente abandona la Iglesia Católica?
El documento conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe señala que “la gente sincera que sale de nuestra Iglesia no lo hace por lo que los grupos ‘no católicos’ creen, sino, fundamentalmente, por lo que ellos viven”.
Corrientes, 21 de diciembre de 2007. – La Iglesia está preocupada por los fieles que abandonan los templos. Así quedó demostrado en el artículo 225 del documento conclusivo de Aparecida (Brasil), en el marco de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.
El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, reproduce algunas líneas donde nuestra Madre Iglesia nos enseña los puntos que se deben ‘reforzar’ para ‘frenar’ el ‘éxodo’ de nuestros hermanos a otros cultos.
Teniendo en cuenta la larga experiencia pastoral de la Iglesia, ella reconoce que “la gente sincera que sale de nuestra Iglesia no lo hace por lo que los grupos ‘no católicos’ creen, sino, fundamentalmente, por lo que ellos viven; no por razones doctrinales, sino vivenciales; no por motivos estrictamente dogmáticos, sino pastorales; no por problemas teológicos, sino metodológicos de nuestra Iglesia”.
Respuestas a inquietudes
El documento también expresa que las personas que abandonaron la Iglesia Católica “esperan encontrar respuestas a sus inquietudes. Buscan, no sin serios peligros, responder a algunas aspiraciones que quizás no han encontrado, como debería ser, en la Iglesia”.
En el punto 226, el documento da como ‘receta’ cuatro puntos para ponerse a trabajar en las comunidades.
Ellos son: a) ‘La experiencia religiosa’, b) ‘La vivencia comunitaria’, c) ‘La formación bíblico – doctrinal’, d) ‘El compromiso misionera de toda la comunidad’.
“En nuestra Iglesia debemos ofrecer a todos nuestros fieles un ‘encuentro personal con Jesucristo’, una experiencia religiosa profunda e intensa…que lleve a una conversión personal y a un cambio de vida integral”. Quizás sea uno de los ejes más importantes para trabajar en las comunidades de la Arquidiócesis de Corrientes, el de ‘La experiencia religiosa’. Todo un desafío.
Acogida fraternal
En el segundo eje nos invita a todos a ser más atentos con nuestros hermanos, tanto para los que nos visitan en nuestras comunidades, como así también entre sus miembros. “Nuestros fieles buscan comunidades cristianas, en donde sean acogidos fraternalmente y se sientan valorados, visibles y eclesialmente incluidos”.
En el tercer eje nos exhorta a profundizar la Palabra de Dios y los contenidos de la fe. “Junto con una fuerte experiencia religiosa y una destacada convivencia comunitaria, nuestros fieles necesitan profundizar el conocimiento de la Palabra de Dios y los contenidos de la fe, ya que es la única manera de madurar su experiencia religiosa”.
Y, finalmente, como corolario de todo este desafío como Iglesia, el cuarto y último eje nos invita misionar a todos. “Ella (la comunidad) sale al encuentro de los alejados, se interesa por su situación, a fin de reencantarlos con la Iglesia e invitarlos a volver a ella”.
Esta es la propuesta que nos hace nuestra Madre Iglesia. Los tiempos litúrgicos de Adviento y Navidad, son propicios para nuestros propios exámenes de conciencia, tanto en lo personal como en lo comunitario. Esos ejes serían buenos ser planteados en nuestra comunidad para que en el 2008 podamos ser ‘comunidad de comunidades’.
El documento conclusivo de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe señala que “la gente sincera que sale de nuestra Iglesia no lo hace por lo que los grupos ‘no católicos’ creen, sino, fundamentalmente, por lo que ellos viven”.
Corrientes, 21 de diciembre de 2007. – La Iglesia está preocupada por los fieles que abandonan los templos. Así quedó demostrado en el artículo 225 del documento conclusivo de Aparecida (Brasil), en el marco de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.
El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, reproduce algunas líneas donde nuestra Madre Iglesia nos enseña los puntos que se deben ‘reforzar’ para ‘frenar’ el ‘éxodo’ de nuestros hermanos a otros cultos.
Teniendo en cuenta la larga experiencia pastoral de la Iglesia, ella reconoce que “la gente sincera que sale de nuestra Iglesia no lo hace por lo que los grupos ‘no católicos’ creen, sino, fundamentalmente, por lo que ellos viven; no por razones doctrinales, sino vivenciales; no por motivos estrictamente dogmáticos, sino pastorales; no por problemas teológicos, sino metodológicos de nuestra Iglesia”.
Respuestas a inquietudes
El documento también expresa que las personas que abandonaron la Iglesia Católica “esperan encontrar respuestas a sus inquietudes. Buscan, no sin serios peligros, responder a algunas aspiraciones que quizás no han encontrado, como debería ser, en la Iglesia”.
En el punto 226, el documento da como ‘receta’ cuatro puntos para ponerse a trabajar en las comunidades.
Ellos son: a) ‘La experiencia religiosa’, b) ‘La vivencia comunitaria’, c) ‘La formación bíblico – doctrinal’, d) ‘El compromiso misionera de toda la comunidad’.
“En nuestra Iglesia debemos ofrecer a todos nuestros fieles un ‘encuentro personal con Jesucristo’, una experiencia religiosa profunda e intensa…que lleve a una conversión personal y a un cambio de vida integral”. Quizás sea uno de los ejes más importantes para trabajar en las comunidades de la Arquidiócesis de Corrientes, el de ‘La experiencia religiosa’. Todo un desafío.
Acogida fraternal
En el segundo eje nos invita a todos a ser más atentos con nuestros hermanos, tanto para los que nos visitan en nuestras comunidades, como así también entre sus miembros. “Nuestros fieles buscan comunidades cristianas, en donde sean acogidos fraternalmente y se sientan valorados, visibles y eclesialmente incluidos”.
En el tercer eje nos exhorta a profundizar la Palabra de Dios y los contenidos de la fe. “Junto con una fuerte experiencia religiosa y una destacada convivencia comunitaria, nuestros fieles necesitan profundizar el conocimiento de la Palabra de Dios y los contenidos de la fe, ya que es la única manera de madurar su experiencia religiosa”.
Y, finalmente, como corolario de todo este desafío como Iglesia, el cuarto y último eje nos invita misionar a todos. “Ella (la comunidad) sale al encuentro de los alejados, se interesa por su situación, a fin de reencantarlos con la Iglesia e invitarlos a volver a ella”.
Esta es la propuesta que nos hace nuestra Madre Iglesia. Los tiempos litúrgicos de Adviento y Navidad, son propicios para nuestros propios exámenes de conciencia, tanto en lo personal como en lo comunitario. Esos ejes serían buenos ser planteados en nuestra comunidad para que en el 2008 podamos ser ‘comunidad de comunidades’.