Hoy más que nunca los argentinos debemos reencontrarnos
“No podemos sustraernos en estos momentos a la difícil situación que se ha generado respecto al tema del campo. Más que nunca se hace necesario volver a encontrarnos desde esta conciencia de ser miembros de una misma comunidad, y que en la diversidad de funciones estamos llamados a pensar el bien común, principalmente quienes ejercen el servicio de la autoridad”, recordó el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, en su reflexión radial.
Al referirse a la conmemoración del 25 de Mayo, el prelado consideró que “no podemos vivir en el conflicto y enfrentamientos estériles que sólo descalifican, alejan y no aportan soluciones”, y advirtió que “desgraciadamente, sabemos que esta situación empobrece más al pobre, y por ello tiene una gravedad y responsabilidad mayor porque daña la dignidad del más necesitado”.
También repitió una reciente declaración del Episcopado, en la que los obispos sostienen que “la experiencia nos ha enseñado que una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su economía, sino sobre todo cuando madura su capacidad de diálogo y en su habilidad para gestar consensos que se traduzcan en políticas de Estado, que orienten hacia un proyecto común de Nación. Este sigue siendo, concluía, un fuerte desafío para nuestra democracia”.
Por último, monseñor Arancedo estimó que “el país necesita de un encuentro urgente que sea testimonio ejemplar de grandeza y magnanimidad porque Necesitamos ser Nación”, y repitió la Oración por la Patria, que el Episcopado acuñó en plena crisis 2001-2002.
“No podemos sustraernos en estos momentos a la difícil situación que se ha generado respecto al tema del campo. Más que nunca se hace necesario volver a encontrarnos desde esta conciencia de ser miembros de una misma comunidad, y que en la diversidad de funciones estamos llamados a pensar el bien común, principalmente quienes ejercen el servicio de la autoridad”, recordó el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, en su reflexión radial.
Al referirse a la conmemoración del 25 de Mayo, el prelado consideró que “no podemos vivir en el conflicto y enfrentamientos estériles que sólo descalifican, alejan y no aportan soluciones”, y advirtió que “desgraciadamente, sabemos que esta situación empobrece más al pobre, y por ello tiene una gravedad y responsabilidad mayor porque daña la dignidad del más necesitado”.
También repitió una reciente declaración del Episcopado, en la que los obispos sostienen que “la experiencia nos ha enseñado que una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su economía, sino sobre todo cuando madura su capacidad de diálogo y en su habilidad para gestar consensos que se traduzcan en políticas de Estado, que orienten hacia un proyecto común de Nación. Este sigue siendo, concluía, un fuerte desafío para nuestra democracia”.
Por último, monseñor Arancedo estimó que “el país necesita de un encuentro urgente que sea testimonio ejemplar de grandeza y magnanimidad porque Necesitamos ser Nación”, y repitió la Oración por la Patria, que el Episcopado acuñó en plena crisis 2001-2002.
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