miércoles, mayo 07, 2008

Jornada Mundial de las Comunicaciones


LOS MEDIOS NO DEBEN PERDER SU REFERENCIA ÉTICA Y DE VALORES

“El mundo de la comunicación social es obra y fruto de la inteligencia aplicada del hombre, por ello debemos valorarlo y estar agradecidos. Pero también, como en toda obra del hombre, debemos reconocer su referencia al mundo de la ética y de los valores, como a su responsabilidad social”, recuerda el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, en su mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones.
El prelado destaca, citando a Benedicto XVI, que “los medios de comunicación social por las potencialidades educativas que disponen, tienen una responsabilidad especial en la promoción del respeto por la familia, en ilustrar sus esperanzas y derechos, en resaltar su belleza”.
“Atender a este marco ético y social no debilita ni coarta al hombre en su libertad, por el contrario, le abre a una tarea de creatividad y de sentido que los eleva. Los medios de comunicación, en cambio, se empobrecen e incluso se degradan, cuando sólo están al servicio de finalidades económicas o ‘sistemas dedicados a someter al hombre a lógicas dictadas por los intereses dominantes del momento’”, advierte.

La dignidad del ser humano
Monseñor Arancedo sostiene que “cuando se pierde de vista el horizonte moralmente exigente de búsqueda de la verdad y de una opción clara por el bien, como de servicio al bien común; cuando el emprendimiento comunicacional “pierde las raíces éticas y elude el control social, termina por olvidar la centralidad y la dignidad inviolable del ser humano, y corre el riesgo de influir negativamente sobre su conciencia y sus opciones, condicionando así, en definitiva, la libertad y la vida misma de las personas”.
“Por ello cuando se eleva el nivel de los medios de comunicación, se eleva también el nivel de vida de una comunidad. Pidamos en este día por todos los comunicadores sociales para que en sus diversos niveles de responsabilidad y ejecución, se descubran en esta noble y necesaria profesión que han asumido, como protagonistas comprometidos en la creación de un mundo nuevo. No hay mundo nuevo sin hombres nuevos”, concluyó.

Fuente: Agencia Informativa Católica Argentina (AICA)

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