NUEVAS ESTRUCTURAS PARA CONSOLIDAR UN ORDEN SOCIAL, ECONÓMICO Y POLÍTICO
“Urge crear estructuras que consoliden un orden social, económico y político en el que no haya inequidad y donde haya posibilidades para todos. Igualmente, se requieren nuevas estructuras que promuevan una auténtica convivencia humana, que impidan la prepotencia de algunos y faciliten el diálogo constructivo para los necesarios consensos sociales”.
Así reza el artículo 384 del capítulo 8 (“Reino de Dios y Promoción de la Dignidad Humana”) del Documento Conclusivo de Aparecida (Brasil) en el marco de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.
¡Qué palabras tan iluminadoras para la realidad actual de nuestra provincia de Corrientes!
Hoy se observan muchos conflictos sociales en distintos puntos de la ciudad. Todos los sectores apuntan precisamente a que no exista inequidad y que “haya posibilidades para todos”.
Pero es bueno preguntarse: En Corrientes ¿hay inequidad? ¿Hay desigualdad social? ¿Hay posibilidades para todos? La realidad nos indica que evidentemente sí hay inequidad, desigualdad social y que no todos tienen posibilidades de crecer.
Los docentes, los municipales, los estatales, los jubilados, etc., etc., etc., hoy se encuentran luchando para llevar una vida más digna. Así de simple.
A fines de febrero, en los distintos medios de comunicación (radiales, gráficos y televisivos), se dieron a conocer los haberes mensuales de nuestros legisladores que comenzaron a cobrar a principios de 2008. Más allá del monto (algunos señalaban que ganaban más de $17.000), lo cierto es que esta noticia fue el ‘disparador’ o uno de los ‘detonantes’ de los conflictos sociales en que vive hoy la sociedad correntina.
Es que cualquier docente, jubilado, empleado municipal o estatal, al conocer el sueldo que hoy gozan nuestros legisladores, le ‘invade’ una cierta impotencia al ver que existe una brecha abismal y una fuerte inequidad entre los sueldos que hoy goza un empleado común y corriente y nuestros diputados y senadores.
La situación en Corrientes no va a cambiar mucho si no existen estructuras nuevas que consoliden un orden social, económico y político. Es la única manera de erradicar la inequidad. De lo contrario la convivencia social se va a tornar más áspera con el correr del tiempo.
Por eso la Iglesia, como Madre, nos enseña que una auténtica transformación, un cambio, una conversión, se logra “una auténtica convivencia humana”. También ella no cesa en llamar a todos a un “diálogo constructivo para los necesarios consensos sociales”.
Es hora de pensar en todos y no en uno.
“Urge crear estructuras que consoliden un orden social, económico y político en el que no haya inequidad y donde haya posibilidades para todos. Igualmente, se requieren nuevas estructuras que promuevan una auténtica convivencia humana, que impidan la prepotencia de algunos y faciliten el diálogo constructivo para los necesarios consensos sociales”.
Así reza el artículo 384 del capítulo 8 (“Reino de Dios y Promoción de la Dignidad Humana”) del Documento Conclusivo de Aparecida (Brasil) en el marco de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.
¡Qué palabras tan iluminadoras para la realidad actual de nuestra provincia de Corrientes!
Hoy se observan muchos conflictos sociales en distintos puntos de la ciudad. Todos los sectores apuntan precisamente a que no exista inequidad y que “haya posibilidades para todos”.
Pero es bueno preguntarse: En Corrientes ¿hay inequidad? ¿Hay desigualdad social? ¿Hay posibilidades para todos? La realidad nos indica que evidentemente sí hay inequidad, desigualdad social y que no todos tienen posibilidades de crecer.
Los docentes, los municipales, los estatales, los jubilados, etc., etc., etc., hoy se encuentran luchando para llevar una vida más digna. Así de simple.
A fines de febrero, en los distintos medios de comunicación (radiales, gráficos y televisivos), se dieron a conocer los haberes mensuales de nuestros legisladores que comenzaron a cobrar a principios de 2008. Más allá del monto (algunos señalaban que ganaban más de $17.000), lo cierto es que esta noticia fue el ‘disparador’ o uno de los ‘detonantes’ de los conflictos sociales en que vive hoy la sociedad correntina.
Es que cualquier docente, jubilado, empleado municipal o estatal, al conocer el sueldo que hoy gozan nuestros legisladores, le ‘invade’ una cierta impotencia al ver que existe una brecha abismal y una fuerte inequidad entre los sueldos que hoy goza un empleado común y corriente y nuestros diputados y senadores.
La situación en Corrientes no va a cambiar mucho si no existen estructuras nuevas que consoliden un orden social, económico y político. Es la única manera de erradicar la inequidad. De lo contrario la convivencia social se va a tornar más áspera con el correr del tiempo.
Por eso la Iglesia, como Madre, nos enseña que una auténtica transformación, un cambio, una conversión, se logra “una auténtica convivencia humana”. También ella no cesa en llamar a todos a un “diálogo constructivo para los necesarios consensos sociales”.
Es hora de pensar en todos y no en uno.
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