¿DIALOGAMOS?
En el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), leemos que “con su enseñanza, la Iglesia quiere anunciar el Evangelio en la compleja red de las relaciones sociales; no pretende solo alcanzar al hombre, sino fecundar y fermentar la sociedad misma con el Evangelio".- Por eso, la Iglesia no es indiferente a todo lo que en la sociedad, se decide, se produce, y se vive, a la calidad moral, es decir, auténticamente humana, de la vida social.- “La sociedad, con todo lo que en ella se realiza, atañe al hombre, por eso la Iglesia actualiza en los acontecimientos históricos el mensaje de liberación y redención de Cristo".-
Iluminados con estos pensamientos de la DSI, tratemos de reflexionar en este momento histórico que nos toca vivir, donde la realidad nos muestra un país fragmentado y mas aún enfrentado en posiciones que parecen irreductibles (campo vs. Gobierno) donde a pesar de la cantidad de voces y palabras que se difunden lo que se percibe es incomunicación, que bueno sería que todos: gobernantes y gobernados recordemos que la forma de comunicación por excelencia es el DIALOGO, y que a lo largo de nuestra historia muchas veces faltó DIALOGO, y las consecuencias fueron no sólo lamentables, sino también en algunos casos trágicas y, a pesar de lo vivido, parece que aún hoy es una asignatura pendiente, mas aún aparece como un término vaciado de contenido.-
Nuestros obispos, conocedores de la realidad nacional, en forma explícita desde diciembre de 2001 a noviembre de 2006, en sus mensajes se han referido una y otra vez al Diálogo.- En enero del 2002 el Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Estanislao Karlic, en su alocución en oportunidad de la presentación del “Diálogo Argentino” se refería al origen del mismo, en estos términos: "El diálogo tiene su origen y mas alta expresión en la relación de Dios con el hombre. Este origen revela la naturaleza y manifiesta la dignidad del diálogo”. Mas adelante puntualizaba las condiciones que debe tener todo auténtico diálogo: “En el ejerció del diálogo se ha de manifestar con honestidad el propio pensamiento, las propias intenciones y escuchar atenta y respetuosamente los problemas y razones de los otros. Se ha de hablar con sabiduría y claridad, con mansedumbre, confianza y prudencia, con paciencia y perseverancia”.-
Nuestra sociedad atravesada ya por muchos desencuentros, está viviendo hoy una situación de extrema gravedad, donde abundan las agresiones de todo tipo, por eso es importante que nuestros dirigentes valoren el diálogo como instrumento de la democracia, lo propicien, lo apoyen, y teniendo en cuenta sus condiciones lo pongan en práctica, ya que es innegable la necesidad del mismo; la ciudadanía demanda y espera que sus representantes actúen con responsabilidad y grandeza, es hora de detenerse a flexibilizar posturas y dialogar, pues está en juego el Bien Común, fin y criterio regulador de la vida política, al que los gobernantes deben dedicar todos sus esfuerzos.
En el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI), leemos que “con su enseñanza, la Iglesia quiere anunciar el Evangelio en la compleja red de las relaciones sociales; no pretende solo alcanzar al hombre, sino fecundar y fermentar la sociedad misma con el Evangelio".- Por eso, la Iglesia no es indiferente a todo lo que en la sociedad, se decide, se produce, y se vive, a la calidad moral, es decir, auténticamente humana, de la vida social.- “La sociedad, con todo lo que en ella se realiza, atañe al hombre, por eso la Iglesia actualiza en los acontecimientos históricos el mensaje de liberación y redención de Cristo".-
Iluminados con estos pensamientos de la DSI, tratemos de reflexionar en este momento histórico que nos toca vivir, donde la realidad nos muestra un país fragmentado y mas aún enfrentado en posiciones que parecen irreductibles (campo vs. Gobierno) donde a pesar de la cantidad de voces y palabras que se difunden lo que se percibe es incomunicación, que bueno sería que todos: gobernantes y gobernados recordemos que la forma de comunicación por excelencia es el DIALOGO, y que a lo largo de nuestra historia muchas veces faltó DIALOGO, y las consecuencias fueron no sólo lamentables, sino también en algunos casos trágicas y, a pesar de lo vivido, parece que aún hoy es una asignatura pendiente, mas aún aparece como un término vaciado de contenido.-
Nuestros obispos, conocedores de la realidad nacional, en forma explícita desde diciembre de 2001 a noviembre de 2006, en sus mensajes se han referido una y otra vez al Diálogo.- En enero del 2002 el Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Estanislao Karlic, en su alocución en oportunidad de la presentación del “Diálogo Argentino” se refería al origen del mismo, en estos términos: "El diálogo tiene su origen y mas alta expresión en la relación de Dios con el hombre. Este origen revela la naturaleza y manifiesta la dignidad del diálogo”. Mas adelante puntualizaba las condiciones que debe tener todo auténtico diálogo: “En el ejerció del diálogo se ha de manifestar con honestidad el propio pensamiento, las propias intenciones y escuchar atenta y respetuosamente los problemas y razones de los otros. Se ha de hablar con sabiduría y claridad, con mansedumbre, confianza y prudencia, con paciencia y perseverancia”.-
Nuestra sociedad atravesada ya por muchos desencuentros, está viviendo hoy una situación de extrema gravedad, donde abundan las agresiones de todo tipo, por eso es importante que nuestros dirigentes valoren el diálogo como instrumento de la democracia, lo propicien, lo apoyen, y teniendo en cuenta sus condiciones lo pongan en práctica, ya que es innegable la necesidad del mismo; la ciudadanía demanda y espera que sus representantes actúen con responsabilidad y grandeza, es hora de detenerse a flexibilizar posturas y dialogar, pues está en juego el Bien Común, fin y criterio regulador de la vida política, al que los gobernantes deben dedicar todos sus esfuerzos.
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