UN COMBO PARASITARIO DIFÍCIL DE EVADIR
La contaminación del ambiente y algunos hábitos culturales son caldo de cultivo para que estos huéspedes del hombre y de sus animales domésticos se instalen con comodidad. Un trabajo de investigación realizado por biólogos de la Facultad de Ciencias Exactas, Naturales y Agrimensura, junto a profesionales de otras disciplinas, aborda el tema parasitosis de un modo integral, material que sirve de base para modificar algunas conductas para prevenir estas infecciones. El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), también promovedor de estas iniciativas, da a conocer a sus lectores este interesante informe.
“La visión integral que tenemos en el estudio de los parásitos es la que nos permite observar a los diversos elementos involucrados en su transmisión, relación vinculada no solamente con los parásitos y sus hospedadores (componentes biológicos), sino también con el ambiente (componentes físicos) y las costumbres y creencias del hombre (culturales)”.
Así lo subrayó la licenciada Alicia M. Francisca Milano (FOTO), integrante del Proyecto de Investigación “Parasitosis Urbana: aspectos biológicos y culturales en la transmisión de zoonosis y otras enfermedades parasitarias”, quien es investigadora y docente de la Facultad de Ciencias Exactas, Naturales y Agrimensura (FACENA) de la UNNE.
El trabajo de investigación –que actualmente se encuentra en su etapa final- co-dirigido por Milano se realizó en la localidad correntina de Santa Ana con el objetivo de evaluar el ámbito doméstico y los hábitos culturales de la población como determinantes de contaminación biológica con parásitos tanto del hombre como de los animales domésticos, especialmente aquellos de importancia zoonótica -aquellos que se transmiten de los animales al hombre-.
Se evaluó parasitológicamente a niños entre 1 y 14 años de edad en búsqueda de parásitos intestinales (enteroparásitos) y parásitos externos de la piel (ectoparásitos); también estudiaron a los animales domésticos que habitan sus viviendas y la contaminación del suelo doméstico con elementos parasitarios e indagaron sobre sus aspectos culturales a fin de conocer las representaciones de la población acerca de los parásitos.
Hábitos culturales ¿saludables?
Dentro de lo que es el estudio del ambiente se encuentran también los hábitos, las costumbres y las creencias de la gente de la región o la comunidad; ellas influyen mucho a la hora de favorecer o dificultar la transmisión de las parasitosis.
“En nuestra zona, los piojos o los piques son parásitos que forman parte del folclore del lugar, es decir, la pediculosis o la presencia de la pulga “pique” son tratadas bajo un manto de tolerancia, por lo que los esfuerzos por controlarlas y las medidas preventivas son escasas”, cuenta la especialista. “Lo mismo podría ocurrir con algunas enteroparasitosis que no se manifiestan con cierta gravedad”, agrega.
“En cuanto a los enteroparásitos, se debe tener en cuenta que la mayoría se transmiten a través de la contaminación de alimentos y agua con materia fecal infectada, por lo tanto hay que adoptar medidas higiénicas estrictas, vinculadas por ejemplo con el exhaustivo lavado de verduras y frutas crudas, el control sanitario de los manipuladores de alimentos, entre otras”.
En el 73,5 % de los niños evaluados se observó la presencia de parásitos. Entre los más frecuentes estuvieron Blastocystis hominis, Giardia intestinales y Enterobius vermicularis. También se hallaron Uncinarias, Strongyloides stercoralis, Ascaris lumbricoides, Taenia sp.
Los valores de enteroparasitosis encontrados en Santa Ana son similares a los registrados para otras localidades de la provincia de Corrientes, reafirmando la problemática de un área endémica.
Se observaron también casos de niños con distintas especies de parásitos conviviendo en el intestino (poliparasitismo). Se sabe que estos invasores internos viven a expensas del hospedador, con consecuencias varias según la especie: sustraen nutrientes, sustraen sangre, liberan toxinas, actúan como “barrera” y no permiten la absorción de nutrientes, entre otras acciones. Algunos síntomas son la diarrea, los dolores abdominales, la picazón anal y en nariz, la fricción “chirrido” de dientes al dormir, entre otros. Ante estos síntomas, se debe recurrir al médico, explica la licenciada Milano.
Otro punto muy importante –y esto es un tema que supera lo folclórico- es la presencia de la materia fecal de los animales domésticos en patios y veredas hogareños. “Es que la materia fecal debe ser tratada como tal, es decir, no tiene que pasar a formar parte de nuestros suelos -y desintegrarse en él-, sino que deben ser eliminadas por la misma vía que una materia fecal humana, porque contiene parásitos y otros organismos que son infectantes para los humanos”, enfatiza la licenciada Milano.
Materia fecal infectan al hombre
En este sentido, los parásitos específicos de los perros - Toxocara canis -huevos- y ancylostomídeos -larvas- presentes en la materia fecal infectan al hombre vía ingesta (por boca) y tegumentaria (piel) respectivamente.
Los huevos de Toxocara son ingeridos con la tierra o arena contaminada con materia fecal de perro, la larva emerge del huevo y migra por los órganos del hombre, y como tiene especial afinidad por el tejido ocular, su destino final es el globo ocular “esta patología fue observada por especialistas de nuestro medio y está comprobada para la ciudad de Corrientes”, subraya Milano.
Las larvas de los ancilostomídeos (Ancylostoma caninum, A. braziliense y Uncinaria stenocephala) penetran en la piel humana y migran por debajo de ella produciendo en su recorrida intensa picazón y ardor y se las pueden detectar pues en sus recorridos dejan una “huella” de color rojiza que se ve a simple vista en la piel.
Es por ello que Milano hace hincapié en la necesidad de cuidar el ambiente -para evitar la contaminación por parásitos- y en adoptar conductas responsables con las mascotas del hogar, desparasitándolas, vacunándolas, limpiando sus cuchas para evitar la abundancia de pulgas y garrapatas y tratando fundamentalmente a sus materias fecales como tales, porque contaminan el agua, el suelo y los alimentos.
Piojos sin distinción social
El solo hecho de hablar de ellos ya genera picazón en la cabeza, pero honestamente... ¿quién no ha tenido piojos en su vida? Los Pediculus humanus capitis son parásitos permanentes en el humano porque tanto huevos, ninfas y adultos habitan en el hospedador; son hematófagos (se alimentan de sangre) y la principal vía de transmisión es directa, de persona a persona, explica Milano.
Poco tiene que ver la condición social, económica y la higiene general de la persona, los piojos simplemente buscan alimentarse sin distinguir condición social.
Los piojos viven permanentemente en la cabeza, se alimentan, defecan y se reproducen allí, por lo que es necesario mantener limpio al cuero cabelludo; si esto no sucede, el rascado permanente favorece la aparición de heridas y su consecuente infección. Cuando la infestación por piojos es extrema, el afectado no se alimenta ni duerme correctamente por la molestia que le provoca el intenso prurito. Manifiesta un bajo rendimiento en sus actividades cotidianas.
Medidas a adoptar
Las medidas a adoptar son: higiene de la cabeza con peines y con productos especiales para su control (acción química); además, limpieza de todos los elementos de uso personal en contacto con sus cabellos, como peines, almohadas, sábanas y ropas, entre otras.
“La infestación por piojos encontrado en el área de estudio, revela valores comparables a áreas urbanas de La Plata, Salta e incluso Estados Unidos”, comenta la investigadora tras consultársele sobre si los parásitos estudiados están estrechamente vinculados con la marginalidad ó la pobreza. Aseveró entonces que la pediculosis no está ligada a una condición socioeconómica. “De hecho, el 56,8% de infestación de piojos encontrados en la población de niños estudiada en Santa Ana es un porcentaje que -me atrevo a arriesgar- coincidiría con los resultados, si estudiáramos, de un grupo de niños en edad escolar en el centro de nuestra ciudad”, sostuvo la bióloga de FACENA.
En el relevamiento realizado en Santa Ana se encontraron también chicos con pulgas propias del humano, como la Pulex irritans, Ctenocephalides felis (pulga de perro y gato) y Rhipicephalus sanguineus (garrapata del perro). Se comprobó entonces la infestación humana y de los animales de compañía con las mismas especies de pulgas y garrapatas.
La 'Tunga penetrans' más conocida como “Pique”
Un capítulo aparte merece la pulga Tunga penetrans, más conocida como “pique”. Parasita a mamíferos en general, es por ello que podemos observar lesiones características del parásito tanto en perros y cerdos como en humanos.
En éste caso de parasitosis es la pulga o pique hembra fecundada la que penetra debajo de la piel; generalmente se aloja en pies, manos, nalgas -y en el vientre en el caso de un cerdo analizado-. Mientras maduran los huevos el parásito se alimenta de la sangre de su hospedador. En la medida que el abdomen del “pique” crece debajo de la piel, la herida se hace mayor. El tratamiento consiste en quitar la “bolsita” completa -como se le dice vulgarmente al parásito con los huevos- sin romperla, para evitar que la herida se sobreinfecte y se dispersen los huevos en el ambiente. Los métodos caseros son los más utilizados; se realiza la extracción con agujas o espinas de naranjo sin la correspondiente esterilización, lo que implica el riesgo de infecciones mayores. Los perros se las sacan con los dientes, también los dueños colaboran con la extracción y les sumergen las patas en kerosene.
En éste caso, solo los adultos de las pulgas son parásitos, es decir, los estados inmaduros (huevos, larvas y pupas) se encuentran en el suelo, remarca la bióloga. Por lo que es importante la eliminación de estos estados de vida libre para controlar las poblaciones, para lo que se utilizan métodos de limpieza físicos (aspiración) y químicos (insecticidas).
El trabajo en la comunidad
El trabajo con la comunidad realizado por el equipo multidisciplinario integrado por la directora del proyecto, Licenciada Beatriz Oscherov, Magísters Alberto Palladino y Aníbal Bar junto a la Licenciada Alicia Milano consistió en la evaluación de parasitosis en los niños y los padres de cada niño evaluado recibió un informe detallado de la situación parasitaria de su hijo para que se actúe en consecuencia acudiendo a los profesionales de la salud.
Nuestro proyecto de investigación está acompañado por un proyecto de extensión a la comunidad enmarcado en el programa “La Universidad en el Medio” enfatizó la investigadora, por lo que todos los resultados obtenidos en el relevamiento fueron compartidos y trabajados con la comunidad a los fines de construir medidas de prevención. Contamos con la participación del Municipio de Santa Ana, las Escuelas del lugar y la Estación Sanitaria.
Pensamos que la información es un arma para lograr mejorar la calidad de vida de la población –dijo la investigadora de FACENA-, sin embargo, no esta en nuestras manos ni pretendemos una reestructuración edilicia. Sí está en nuestras manos sociabilizar la información proveniente del ámbito científico para que sea utilizada por la comunidad interesada y desde la misma se autogestione la condición de salud, independientemente de la situación sanitaria en la que se encuentren.
A la presencia de ectoparásitos en la piel del humano (pulgas, piojos o garrapatas) se la denomina infestación.
La información es un arma para lograr mejorar la calidad de vida de la población.
(Fuente: Prensa de la UNNE)
La contaminación del ambiente y algunos hábitos culturales son caldo de cultivo para que estos huéspedes del hombre y de sus animales domésticos se instalen con comodidad. Un trabajo de investigación realizado por biólogos de la Facultad de Ciencias Exactas, Naturales y Agrimensura, junto a profesionales de otras disciplinas, aborda el tema parasitosis de un modo integral, material que sirve de base para modificar algunas conductas para prevenir estas infecciones. El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), también promovedor de estas iniciativas, da a conocer a sus lectores este interesante informe.
“La visión integral que tenemos en el estudio de los parásitos es la que nos permite observar a los diversos elementos involucrados en su transmisión, relación vinculada no solamente con los parásitos y sus hospedadores (componentes biológicos), sino también con el ambiente (componentes físicos) y las costumbres y creencias del hombre (culturales)”.
Así lo subrayó la licenciada Alicia M. Francisca Milano (FOTO), integrante del Proyecto de Investigación “Parasitosis Urbana: aspectos biológicos y culturales en la transmisión de zoonosis y otras enfermedades parasitarias”, quien es investigadora y docente de la Facultad de Ciencias Exactas, Naturales y Agrimensura (FACENA) de la UNNE.
El trabajo de investigación –que actualmente se encuentra en su etapa final- co-dirigido por Milano se realizó en la localidad correntina de Santa Ana con el objetivo de evaluar el ámbito doméstico y los hábitos culturales de la población como determinantes de contaminación biológica con parásitos tanto del hombre como de los animales domésticos, especialmente aquellos de importancia zoonótica -aquellos que se transmiten de los animales al hombre-.
Se evaluó parasitológicamente a niños entre 1 y 14 años de edad en búsqueda de parásitos intestinales (enteroparásitos) y parásitos externos de la piel (ectoparásitos); también estudiaron a los animales domésticos que habitan sus viviendas y la contaminación del suelo doméstico con elementos parasitarios e indagaron sobre sus aspectos culturales a fin de conocer las representaciones de la población acerca de los parásitos.
Hábitos culturales ¿saludables?
Dentro de lo que es el estudio del ambiente se encuentran también los hábitos, las costumbres y las creencias de la gente de la región o la comunidad; ellas influyen mucho a la hora de favorecer o dificultar la transmisión de las parasitosis.
“En nuestra zona, los piojos o los piques son parásitos que forman parte del folclore del lugar, es decir, la pediculosis o la presencia de la pulga “pique” son tratadas bajo un manto de tolerancia, por lo que los esfuerzos por controlarlas y las medidas preventivas son escasas”, cuenta la especialista. “Lo mismo podría ocurrir con algunas enteroparasitosis que no se manifiestan con cierta gravedad”, agrega.
“En cuanto a los enteroparásitos, se debe tener en cuenta que la mayoría se transmiten a través de la contaminación de alimentos y agua con materia fecal infectada, por lo tanto hay que adoptar medidas higiénicas estrictas, vinculadas por ejemplo con el exhaustivo lavado de verduras y frutas crudas, el control sanitario de los manipuladores de alimentos, entre otras”.
En el 73,5 % de los niños evaluados se observó la presencia de parásitos. Entre los más frecuentes estuvieron Blastocystis hominis, Giardia intestinales y Enterobius vermicularis. También se hallaron Uncinarias, Strongyloides stercoralis, Ascaris lumbricoides, Taenia sp.
Los valores de enteroparasitosis encontrados en Santa Ana son similares a los registrados para otras localidades de la provincia de Corrientes, reafirmando la problemática de un área endémica.
Se observaron también casos de niños con distintas especies de parásitos conviviendo en el intestino (poliparasitismo). Se sabe que estos invasores internos viven a expensas del hospedador, con consecuencias varias según la especie: sustraen nutrientes, sustraen sangre, liberan toxinas, actúan como “barrera” y no permiten la absorción de nutrientes, entre otras acciones. Algunos síntomas son la diarrea, los dolores abdominales, la picazón anal y en nariz, la fricción “chirrido” de dientes al dormir, entre otros. Ante estos síntomas, se debe recurrir al médico, explica la licenciada Milano.
Otro punto muy importante –y esto es un tema que supera lo folclórico- es la presencia de la materia fecal de los animales domésticos en patios y veredas hogareños. “Es que la materia fecal debe ser tratada como tal, es decir, no tiene que pasar a formar parte de nuestros suelos -y desintegrarse en él-, sino que deben ser eliminadas por la misma vía que una materia fecal humana, porque contiene parásitos y otros organismos que son infectantes para los humanos”, enfatiza la licenciada Milano.
Materia fecal infectan al hombre
En este sentido, los parásitos específicos de los perros - Toxocara canis -huevos- y ancylostomídeos -larvas- presentes en la materia fecal infectan al hombre vía ingesta (por boca) y tegumentaria (piel) respectivamente.
Los huevos de Toxocara son ingeridos con la tierra o arena contaminada con materia fecal de perro, la larva emerge del huevo y migra por los órganos del hombre, y como tiene especial afinidad por el tejido ocular, su destino final es el globo ocular “esta patología fue observada por especialistas de nuestro medio y está comprobada para la ciudad de Corrientes”, subraya Milano.
Las larvas de los ancilostomídeos (Ancylostoma caninum, A. braziliense y Uncinaria stenocephala) penetran en la piel humana y migran por debajo de ella produciendo en su recorrida intensa picazón y ardor y se las pueden detectar pues en sus recorridos dejan una “huella” de color rojiza que se ve a simple vista en la piel.
Es por ello que Milano hace hincapié en la necesidad de cuidar el ambiente -para evitar la contaminación por parásitos- y en adoptar conductas responsables con las mascotas del hogar, desparasitándolas, vacunándolas, limpiando sus cuchas para evitar la abundancia de pulgas y garrapatas y tratando fundamentalmente a sus materias fecales como tales, porque contaminan el agua, el suelo y los alimentos.
Piojos sin distinción social
El solo hecho de hablar de ellos ya genera picazón en la cabeza, pero honestamente... ¿quién no ha tenido piojos en su vida? Los Pediculus humanus capitis son parásitos permanentes en el humano porque tanto huevos, ninfas y adultos habitan en el hospedador; son hematófagos (se alimentan de sangre) y la principal vía de transmisión es directa, de persona a persona, explica Milano.
Poco tiene que ver la condición social, económica y la higiene general de la persona, los piojos simplemente buscan alimentarse sin distinguir condición social.
Los piojos viven permanentemente en la cabeza, se alimentan, defecan y se reproducen allí, por lo que es necesario mantener limpio al cuero cabelludo; si esto no sucede, el rascado permanente favorece la aparición de heridas y su consecuente infección. Cuando la infestación por piojos es extrema, el afectado no se alimenta ni duerme correctamente por la molestia que le provoca el intenso prurito. Manifiesta un bajo rendimiento en sus actividades cotidianas.
Medidas a adoptar
Las medidas a adoptar son: higiene de la cabeza con peines y con productos especiales para su control (acción química); además, limpieza de todos los elementos de uso personal en contacto con sus cabellos, como peines, almohadas, sábanas y ropas, entre otras.
“La infestación por piojos encontrado en el área de estudio, revela valores comparables a áreas urbanas de La Plata, Salta e incluso Estados Unidos”, comenta la investigadora tras consultársele sobre si los parásitos estudiados están estrechamente vinculados con la marginalidad ó la pobreza. Aseveró entonces que la pediculosis no está ligada a una condición socioeconómica. “De hecho, el 56,8% de infestación de piojos encontrados en la población de niños estudiada en Santa Ana es un porcentaje que -me atrevo a arriesgar- coincidiría con los resultados, si estudiáramos, de un grupo de niños en edad escolar en el centro de nuestra ciudad”, sostuvo la bióloga de FACENA.
En el relevamiento realizado en Santa Ana se encontraron también chicos con pulgas propias del humano, como la Pulex irritans, Ctenocephalides felis (pulga de perro y gato) y Rhipicephalus sanguineus (garrapata del perro). Se comprobó entonces la infestación humana y de los animales de compañía con las mismas especies de pulgas y garrapatas.
La 'Tunga penetrans' más conocida como “Pique”
Un capítulo aparte merece la pulga Tunga penetrans, más conocida como “pique”. Parasita a mamíferos en general, es por ello que podemos observar lesiones características del parásito tanto en perros y cerdos como en humanos.
En éste caso de parasitosis es la pulga o pique hembra fecundada la que penetra debajo de la piel; generalmente se aloja en pies, manos, nalgas -y en el vientre en el caso de un cerdo analizado-. Mientras maduran los huevos el parásito se alimenta de la sangre de su hospedador. En la medida que el abdomen del “pique” crece debajo de la piel, la herida se hace mayor. El tratamiento consiste en quitar la “bolsita” completa -como se le dice vulgarmente al parásito con los huevos- sin romperla, para evitar que la herida se sobreinfecte y se dispersen los huevos en el ambiente. Los métodos caseros son los más utilizados; se realiza la extracción con agujas o espinas de naranjo sin la correspondiente esterilización, lo que implica el riesgo de infecciones mayores. Los perros se las sacan con los dientes, también los dueños colaboran con la extracción y les sumergen las patas en kerosene.
En éste caso, solo los adultos de las pulgas son parásitos, es decir, los estados inmaduros (huevos, larvas y pupas) se encuentran en el suelo, remarca la bióloga. Por lo que es importante la eliminación de estos estados de vida libre para controlar las poblaciones, para lo que se utilizan métodos de limpieza físicos (aspiración) y químicos (insecticidas).
El trabajo en la comunidad
El trabajo con la comunidad realizado por el equipo multidisciplinario integrado por la directora del proyecto, Licenciada Beatriz Oscherov, Magísters Alberto Palladino y Aníbal Bar junto a la Licenciada Alicia Milano consistió en la evaluación de parasitosis en los niños y los padres de cada niño evaluado recibió un informe detallado de la situación parasitaria de su hijo para que se actúe en consecuencia acudiendo a los profesionales de la salud.
Nuestro proyecto de investigación está acompañado por un proyecto de extensión a la comunidad enmarcado en el programa “La Universidad en el Medio” enfatizó la investigadora, por lo que todos los resultados obtenidos en el relevamiento fueron compartidos y trabajados con la comunidad a los fines de construir medidas de prevención. Contamos con la participación del Municipio de Santa Ana, las Escuelas del lugar y la Estación Sanitaria.
Pensamos que la información es un arma para lograr mejorar la calidad de vida de la población –dijo la investigadora de FACENA-, sin embargo, no esta en nuestras manos ni pretendemos una reestructuración edilicia. Sí está en nuestras manos sociabilizar la información proveniente del ámbito científico para que sea utilizada por la comunidad interesada y desde la misma se autogestione la condición de salud, independientemente de la situación sanitaria en la que se encuentren.
A la presencia de ectoparásitos en la piel del humano (pulgas, piojos o garrapatas) se la denomina infestación.
La información es un arma para lograr mejorar la calidad de vida de la población.
(Fuente: Prensa de la UNNE)
1 comentario:
I ωanted to thank you foг thіs excellent
read!! I absolutеlу enjοyеd
every little bit of іt. I have got you ѕаved
аs а favoritе to check out neω thingѕ you post…
Viѕit my ωebpagе fotografos bodas gipuzkoa
Publicar un comentario