miércoles, julio 27, 2005

DESARROLLO

El desarrollo de los pueblos que fue siempre una preocupación de los gobiernos y organismos nacionales e internacionales; también lo fue para la Iglesia Católica y así lo podemos apreciar en la Carta Encíclica SOLICITUDO REI SOCIALIS, escrita por el Papa Juan Pablo II en diciembre de 1987:“El verdadero desarrollo no puede consistir en una mera acumulación de riqueza o en la mayor disponibilidad de bienes y servicios, si esto se obtiene a costa del subdesarrollo de muchos, y sin la debida consideración por la dimensión social, cultural y espiritual del ser humano. Para ser tal el desarrollo debe realizarse en el marco de la solidaridad y de la libertad, sin sacrificar nunca la una a la otra bajo ningún pretexto.”
También el Papa Pablo VI en su Encíclica POPULARUM PROGRESSIO, de 1967, nos decía: “El desarrollo pues no se reduce al simple crecimiento económico. Para ser auténtico debe ser integral, es decir promover a todos los hombres y a todo el hombre”.
Es importante que hoy recordemos estos mensajes, mirando nuestra realidad, donde el crecimiento económico, la acumulación de riquezas y el consumismo, parecen marcar el desarrollo de los pueblos sin importar, y a veces en desmedro, del auténtico desarrollo del TODO el hombre y de TODOS los hombres.

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