miércoles, febrero 25, 2009

Manifiesto de la Pastoral Penitenciaria


Denuncian deshumanización hacia las personas privadas de su libertad


Treinta y tres diócesis de nuestro país denunciaron en un manifiesto la ‘creciente deshumanización’ que existe en el mundo de las cárceles hacia las personas que se encuentran privadas de su libertad. Por otra parte manifestaron cómo la sociedad pide que se aplique la ley ‘con dureza’ para con aquellos hombres que cometieron delitos sin tener en cuenta la reconciliación y la misericordia. Finalmente abogaron para que todas las diócesis realicen un trabajo orgánico con esta pastoral.

No a los malos tratos, y reconciliación y misericordia para con las personas privadas de su libertad, fueron los ejes centrales de un manifiesto que efectuó recientemente la Pastoral Penitenciaria de treinta y tres diócesis de nuestro país, en el marco de la cuarta reunión anual, que tuvo lugar en la ciudad de Villa Allende (provincia de Córdoba).
La misiva, que fue fechada el 11 de febrero de 2009, en el día de Nuestra Señora de Lourdes, estuvo dirigida a los Obispos de nuestro país y también a las distintas pastorales penitenciarias diocesanas. Más tarde se dio a conocer públicamente a través de los medios de comunicación.
Cabe señalar que la Arquidiócesis de Corrientes cuenta con una Pastoral Penitenciaria y que viene trabajando desde hace muchos años. Precisamente sus miembros son fieles participantes de estos encuentros anuales.
Los miembros de la Pastoral Penitenciaria de treinta y tres diócesis manifestaron ser “Pastores en la Pastoral que soñamos”. Por tal motivo se comprometieron “a luchar por la promoción humana de todos los hombres, tomando como modelo a Jesús que se encarnó, que se hizo uno con nosotros asumiendo todas y cada una de nuestras realidades”.

‘Una creciente deshumanización’
Hace mucho tiempo que numerosas personas vienen trabajando en esta pastoral. Precisamente ellas constataron en este campo “que muchos hermanos sufren una creciente deshumanización”. Por eso ellas están llamadas “a hacer una opción preferencial por los más desprotegidos, los más pobres, los excluidos del sistema, en definitiva, por aquellos que nuestra sociedad considera desechables y descartables”.
La tarea de evangelización en el mundo de la cárcel no es fácil. En ese marco, los ‘misioneros’ ven con preocupación “como la sociedad actual entiende a la justicia como el mero cumplimiento de la ley, siendo su eje principal el tema de la seguridad y castigos más severos para aquellos que la infringen”. Sin embargo ellos proponen otra alternativa ante esta realidad. “Desde nuestra mirada pastoral queremos proponer una justicia con centro en la reconciliación, entendiendo la seguridad como una mejor calidad de vida para todos los ciudadanos y no como una mera represión del delito tipificado”.

Tender puentes
“No se trata –señala el manifiesto- de destruir personas con un sentido vengativo, sino de tender puentes desde la verdad, retomando así el gran sueño de Dios de que todos somos hermanos”.
Otro de los temas que analizaron con preocupación fue que la Pastoral Penitenciaria de todo el país no trabaja en forma unida, “sino que todavía hoy algunos creen que se puede hacer presente a Jesús de modo individual, sin espíritu comunitario, ni integrados a una pastoral de conjunto”.
Por tal motivo la Pastoral Penitenciaria Nacional invita “a todos los agentes que la integran en cada diócesis…a trabajar orgánicamente, sintiéndose parte de este plan de acción que contribuye al gran proyecto de Dios que es ‘un mundo sin cárceles’”.
Finalmente exhortaron a que en cada diócesis exista una Pastoral Penitenciaria, respondiendo de esta manera a la voz de los Obispos que se ve reflejada en el documento de Aparecida (Brasil).
Este es el reclamo de nuestros laicos que trabajan en el mundo de la cárcel llevando la Buena Noticia. No es la primera vez que la Pastoral Penitenciaria denuncia malos tratos hacia las personas privadas de su libertad. Ellas también son hijas de Dios y, por lo tanto, son dignas.

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