ABOGARON POR UN MEJOR TRATAMIENTO DE LA INFORMACIÓN
Fue en unas jornadas de capacitación organizado por el Consejo Provincial del Discapacitado. El lema fue: “No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino los pensamientos y actitudes de los demás”.
Corrientes, 4 de julio de 2008. – Muchas veces, los periodistas y comunicadores sociales, no saben (por desconocimiento o ignorancia) darle el tratamiento que corresponde a la información cuando el protagonista es una persona con capacidades diferentes. De allí la necesidad de una mayor capacitación.
En ese marco, el Consejo Provincial del Discapacitado (COPRODIS), con el apoyo del Gobierno provincial, llevó a cabo unas jornadas de capacitación denominadas “La discapacidad en los medios de comunicación social”.
El lema de la convocatoria fue: “No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino los pensamientos y actitudes de los demás”.
El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, estuvo presente en esas jornadas para conocer de cerca esta realidad.
Uno de los disertantes fue el conocido doctor Alberto Braverman, de vasta trayectoria en nuestra ciudad, quien se refirió sobre el “Abordaje conceptual sobre patologías que producen discapacidad”.
Intercambio de experiencias
Con el profesional dialogó el CICSO para conocer su impresión sobre estas jornadas peculiares en Corrientes. “A nosotros nos pareció muy importante estas jornadas. Por eso, si bien el doctor (Guillermo) Seguí (presidente del COPRODIS) me ofreció esta posibilidad de transmitir nuestras experiencias, también nosotros aprenderemos mucho de los demás expositores sobre estos temas. Tenemos que tratar de ‘hablar en un mismo idioma’ para así poder entendernos entre los comunicadores sociales y nosotros los profesionales y viceversa. Es importante que los comunicadores transmitan la realidad, con fundamento científico y, sobre todo, con esperanza. Lo que tenemos que comunicar es esperanza. La realidad, en general, es mucho mejor de lo que a veces uno se imagina”.
Al inicio de su exposición, el doctor Braverman comenzó con una fuerte denuncia social. “Acá en Corrientes existe mucha tecnología para curar o para tratar y no para prevenir, y la prevención tenemos que hacerla entre todos: los ciudadanos y el Gobierno. La prevención de las enfermedades debe ser una política de estado del Gobierno, y en eso tenemos que ser exigentes”.
Un presupuesto considerable
Braverman si bien destacó la importancia de la tecnología, también abogó para que el presupuesto en salud sea considerable para realizar campañas de prevención. Asimismo resaltó que unas buenas campañas de prevención se evitaría la proliferación de: chagas, sífilis, tuberculosis, etc. “Es importante saber invertir en prevención como lo hicieron, y lo siguen haciendo, los países de primer mundo”, añadió.
Si bien aclaró el profesional que no es político ni tampoco funcionario, dijo que no hace falta estar en ese papel para darse cuenta que en Corrientes “se necesita una fuerte campaña de concientización, por ejemplo, para la prevención de accidentes de tránsito. Esto tiene que ser una campaña de todos los días”, aseveró.
Finalmente aclaró que la falta de concientización no escapa a ninguna clase social. Con respecto a las jornadas de capacitación señaló que “esto debería repetirse” periódicamente. Y agregó: “Esto es lo que sirve y no cuesta un peso”.
El respeto de la dignidad humana
El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) nos dice con respecto al respeto de la dignidad humana lo siguiente: “Una sociedad justa puede ser realizada solamente en el respeto de la dignidad trascendente de la persona humana. Ésta representa el fin último de la sociedad, que está a ella ordenada”.
Muchas veces, los medios de comunicación social, el ciudadano común y funcionarios, no les tienen en cuenta a las personas con capacidades diferentes. Se los mira como ‘hombres extraños’. No cuentan con ciertos privilegios precisamente por la discapacidad que poseen. Ellos también son personas y, por lo tanto, se merecen el debido respeto y atención, para lograr precisamente una ‘sociedad justa’.
Fue en unas jornadas de capacitación organizado por el Consejo Provincial del Discapacitado. El lema fue: “No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino los pensamientos y actitudes de los demás”.
Corrientes, 4 de julio de 2008. – Muchas veces, los periodistas y comunicadores sociales, no saben (por desconocimiento o ignorancia) darle el tratamiento que corresponde a la información cuando el protagonista es una persona con capacidades diferentes. De allí la necesidad de una mayor capacitación.
En ese marco, el Consejo Provincial del Discapacitado (COPRODIS), con el apoyo del Gobierno provincial, llevó a cabo unas jornadas de capacitación denominadas “La discapacidad en los medios de comunicación social”.
El lema de la convocatoria fue: “No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino los pensamientos y actitudes de los demás”.
El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, estuvo presente en esas jornadas para conocer de cerca esta realidad.
Uno de los disertantes fue el conocido doctor Alberto Braverman, de vasta trayectoria en nuestra ciudad, quien se refirió sobre el “Abordaje conceptual sobre patologías que producen discapacidad”.
Intercambio de experiencias
Con el profesional dialogó el CICSO para conocer su impresión sobre estas jornadas peculiares en Corrientes. “A nosotros nos pareció muy importante estas jornadas. Por eso, si bien el doctor (Guillermo) Seguí (presidente del COPRODIS) me ofreció esta posibilidad de transmitir nuestras experiencias, también nosotros aprenderemos mucho de los demás expositores sobre estos temas. Tenemos que tratar de ‘hablar en un mismo idioma’ para así poder entendernos entre los comunicadores sociales y nosotros los profesionales y viceversa. Es importante que los comunicadores transmitan la realidad, con fundamento científico y, sobre todo, con esperanza. Lo que tenemos que comunicar es esperanza. La realidad, en general, es mucho mejor de lo que a veces uno se imagina”.
Al inicio de su exposición, el doctor Braverman comenzó con una fuerte denuncia social. “Acá en Corrientes existe mucha tecnología para curar o para tratar y no para prevenir, y la prevención tenemos que hacerla entre todos: los ciudadanos y el Gobierno. La prevención de las enfermedades debe ser una política de estado del Gobierno, y en eso tenemos que ser exigentes”.
Un presupuesto considerable
Braverman si bien destacó la importancia de la tecnología, también abogó para que el presupuesto en salud sea considerable para realizar campañas de prevención. Asimismo resaltó que unas buenas campañas de prevención se evitaría la proliferación de: chagas, sífilis, tuberculosis, etc. “Es importante saber invertir en prevención como lo hicieron, y lo siguen haciendo, los países de primer mundo”, añadió.
Si bien aclaró el profesional que no es político ni tampoco funcionario, dijo que no hace falta estar en ese papel para darse cuenta que en Corrientes “se necesita una fuerte campaña de concientización, por ejemplo, para la prevención de accidentes de tránsito. Esto tiene que ser una campaña de todos los días”, aseveró.
Finalmente aclaró que la falta de concientización no escapa a ninguna clase social. Con respecto a las jornadas de capacitación señaló que “esto debería repetirse” periódicamente. Y agregó: “Esto es lo que sirve y no cuesta un peso”.
El respeto de la dignidad humana
El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) nos dice con respecto al respeto de la dignidad humana lo siguiente: “Una sociedad justa puede ser realizada solamente en el respeto de la dignidad trascendente de la persona humana. Ésta representa el fin último de la sociedad, que está a ella ordenada”.
Muchas veces, los medios de comunicación social, el ciudadano común y funcionarios, no les tienen en cuenta a las personas con capacidades diferentes. Se los mira como ‘hombres extraños’. No cuentan con ciertos privilegios precisamente por la discapacidad que poseen. Ellos también son personas y, por lo tanto, se merecen el debido respeto y atención, para lograr precisamente una ‘sociedad justa’.
1 comentario:
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