lunes, junio 30, 2008

Tratamiento de las retenciones en el Congreso

EMPRESARIOS CATÓLICOS Y CONFRATERNIDAD JUDEO CRISTIANA ABOGAN POR UN DEBATE SERIO

La Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE) y la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana, abogaron para que el tratamiento de las retenciones en el Congreso de la Nación se lleve a cabo a través de un debate serio, independiente, profundo y responsable.

El tema del tratamiento de las retenciones de las exportaciones de granos en el Congreso de la Nación Argentina está instalado en los distintos medios de comunicación social y es eje de conversación de todos los argentinos.
La opinión del ciudadano común es dispar.
No obstante la Iglesia tiene un ‘único discurso’, y pasa por la transparencia en el trabajo que les compete a nuestros legisladores de actuar de acuerdo a su conciencia, más allá de los intereses partidarios o sectoriales. Es que nuestros diputados y senadores son personas que fueron puestas precisamente por el pueblo y, por ende, son los primeros que deben defender a éste.
Con ese mismo pensamiento ya se expresaron la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE) y la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana, quienes abogaron para que el tratamiento de las retenciones en el Parlamento se lleve a cabo a través de un debate serio, independiente, profundo y responsable.
El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, extrajo algunos conceptos de interés que dieron a conocer las instituciones antes citadas a través de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA). Nosotros reproducimos algunos de ellos.

Una oportunidad histórica
La ACDE, por ejemplo, recordó a los miembros del Poder Ejecutivo que “tienen en sus manos la oportunidad histórica de dar un paso importante hacia el restablecimiento de un Poder Legislativo independiente que nos permite soñar, como en 1853, con un Estado democrático, republicano y federal”.
Más adelante la Asociación señaló: “Hoy más que nunca, todos debemos trabajar para generar las condiciones necesarias para que nuestros legisladores nacionales deliberen y decidan con independencia y sin presiones de ningún tipo, conforme a los mandatos y libertades que les garantiza la Constitución Nacional”.
A continuación pidió a “los dirigentes políticos, cualquiera sea su partido, debieran abstenerse de invocar falsas lealtades en honor a una malentendida ‘disciplina partidaria’ que desnaturaliza el verdadero rol de los legisladores. La dirigencia privada debe también cuidarse de intentar presiones vía escarches y/o métodos similares por su manifiesta ilicitud”, acotó.

Un debate profundo y sincero
Por otra parte la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana expresó su deseo de “insistir en la necesidad, en el marco del Poder Legislativo, de un debate profundo, sincero y acorde a la conciencia de cada uno de los elegidos por la voluntad popular”.
“Es imprescindible que los ciudadanos se sientan respaldados -tanto en la teoría como en la práctica-, por los diversos actos de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, responsables de ejercer sus mandatos en atención a los intereses de quienes se lo han otorgado, es decir de los mismos ciudadanos”, subrayó.
La organización interreligiosa manifestó su ferviente deseo de que “prime la cordura, que se pueda disentir con respeto, que unos y otros sean escuchados, porque es la única forma de ir caminando hacia una Nación seria y responsable”.

Lo que nos dice la DSI
En el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, en su capítulo cuarto (donde se refiere a los principios), nos habla de la relación existente entre principios y valores. “La doctrina social de la Iglesia, además de los principios que deben presidir la edificación de una sociedad digna del hombre, indica también valores fundamentales”.
“La relación –continúa- entre principios y valores es indudablemente de reciprocidad, en cuanto que los valores sociales expresan el aprecio que se debe atribuir a aquellos determinados aspectos del bien moral que los principios se proponen conseguir, ofreciéndose como puntos de referencia para la estructuración oportuna y la conducción ordenada de la vida social”.
También señala que “todos los valores sociales son inherentes a la dignidad de la persona humana, cuyo auténtico desarrollo favorecen; son esencialmente: la verdad, la libertad, la justicia, el amor”.
Y sobre estos valores sociales son lo que la sociedad, el ciudadano, reclama a nuestros legisladores: verdad, libertad, justicia y amor, al pueblo argentino.

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