miércoles, febrero 13, 2008

Mensaje de monseñor Stanovnik en Cuaresma


“LA PRÁCTICA DEL AYUNO CUARESMAL ES TODO UN PROGRAMA DE ACCIÓN SOCIAL”

En su homilía del Miércoles de Ceniza, el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, dijo a la feligresía que “la práctica del ayuno cuaresmal es todo un programa de acción social” y agregó que la sociedad correntina reclama “un verdadero compromiso con el bien común”.

Corrientes, 13 de febrero de 2008. – Las palabras “oración”, “ayuno” y “limosna”, serán frecuentes escuchar en este tiempo fuerte que la Iglesia comienza a transitar como es la Cuaresma.
Nuestro Pastor, monseñor Andrés Stanovnik, en su homilía del Miércoles de Ceniza, durante la celebración eucarística que se celebró en la Iglesia Catedral “Nuestra Señora del Rosario”, se refirió precisamente a esas actitudes cristianas.
Luego de resaltar la importancia de la oración en la vida del cristiano, y más en este tiempo litúrgico, se refirió al ayuno cuaresmal. “Junto con la oración sincera, Jesús nos invita a practicar el ayuno cuaresmal. Pero el ayuno que agrada a Dios –leemos en la Sagrada Escritura– es “compartir tu pan con el hambriento, albergar a los pobres sin techo y cubrir al que veas desnudo”.
Seguidamente agregó que “la práctica del ayuno cuaresmal es todo un programa de acción social, que reclama de nuestra sociedad un verdadero compromiso con el bien común”.

La advertencia
No obstante monseñor Stanovnik recordó a los fieles la advertencia de Jesús. ‘Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan’. Es decir, cuando realicen acciones solidarias para el bien de la gente más necesitada, no las conviertan en espectáculo, no las desfiguren con vanos discursos para que se noten más”, explicó.
“El verdadero ayuno –según el prelado- debe “rasgar” nuestro corazón de todo interés calculador y mezquino, y hacerlo sensible al clamor de los pobres; debe hacernos capaces de abrir espacios de diálogo con todos y a todos los niveles, para ayudarnos a generar consensos, a promover justicia en la verdad y buscar la reconciliación y el perdón; a construir unidad en el respeto de las diversidades y a dar esperanza de vida digna y plena para todos”.

El sentido de la Cuaresma
Para el Arzobispo de Corrientes, la Cuaresma no tiene otro sentido que “resucitar con Cristo y vivir la alegría del encuentro con él”. Por eso en este tiempo litúrgico “empezamos animados por la Palabra de Dios, que hoy nos invita a volver a Dios y a dejarnos reconciliar por Él. Contemplando nuestra meta, que es Jesucristo vivo, nos llena de gozo sentir que Dios es bondadoso y que su misericordia es grande con nosotros. Por eso, empezamos confiados este tiempo de penitencia que nos va a acercar más a Dios y a los hermanos”.
Más adelante agregó que la Cuaresma también es un momento propicio para “rezar más. Por eso, abramos nuestro corazón orando al Padre que está en los cielos. Pero, estemos atentos, para que nuestra oración no se convierta en espectáculo, buscando que los demás nos vean y piensen que somos buenos porque rezamos”, amonestó.

La ‘verdadera recompensa’
Asimismo resaltó la ‘verdadera recompensa’ para aquel que ora con un corazón sincero. “Consiste en el gozo de vivir en amistad y comunión con Dios, conmovido de asombro por su ‘corazón rasgado’ de amor por todos”, sentenció.
Finalmente hizo referencia a la limosna. “Jesús nos invita a abrir nuestro corazón ayudando al necesitado, poniendo mucho cuidado en el peligro de mostrarnos que somos buenos porque ayudamos. Por eso, cuando ayudes a un necesitado –dice Jesús– que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu ayuda quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Y la recompensa de Dios Padre es darnos su alegría, dijo el Papa Benedicto XVI en su mensaje de Cuaresma”, agregó monseñor Stanovnik utilizando las palabras de nuestro Santo Padre.

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