“HOY LAS CÁRCELES ESTÁN SOBRE
POBLADAS Y SU SISTEMA ES OBSOLETO”
Así lo manifestó José Repiso quien es coordinador de la Pastoral Penitenciaria en nuestra Arquidiócesis. Asimismo reclamó una “justicia más efectiva” teniendo en cuenta que existen muchos casos que hoy están sin resolver. Finalmente pidió a toda la comunidad correntina tomar conciencia que la gente que hoy se encuentra privada de su libertad “son personas igual que nosotras y por lo tanto tienen la misma dignidad”.
Corrientes, 28 de noviembre de 2007. – La visión que uno tiene de las cárceles a veces es muy distinta de la realidad. En cambio la mirada que tienen los que trabajan dentro de ellas es un poco más objetiva y hasta en algunos casos increíbles.
El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, dialogó con miembros de la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Corrientes, para conocer la realidad que se vive dentro de las cárceles, y cómo se encuentran hoy nuestros hermanos que se encuentran privados de su libertad.
José Repiso, coordinador de esa pastoral, hace tiempo viene prestando servicios en las cárceles. Él nos comentó que hace poco, en una reunión que se realizó en Córdoba con todas las pastorales carcelarias del país, se arribó a una conclusión no poco preocupante: “Hoy las cárceles están muy saturadas de gente, muy sobre pobladas, las estructuras no dan y, además, al que está adentro, a la sociedad mucho no le importa”, señaló duramente el coordinador.
Por lo expresado arriba, Repiso dijo que “nosotros, con rezos y misas en distintas dependencias, venimos pidiendo por la dignidad de esas personas que se encuentran hoy privadas de su libertad. Lo hacemos también por la dignidad de sus familias que hoy son bastante maltratadas”.
Sistema carcelario obsoleto
Luego siguió describiendo la realidad de nuestras cárceles: “Creo que no estamos actualizados y ajustados a la realidad de este tiempo. El sistema carcelario quedó muy obsoleto. Por mas que se fabricaran nuevas ‘jaulas’, no se ataca de raíz el problema, que es la falta de trabajo, de contención y otros factores. Lo curioso de todo esto es que cualquiera de nosotros puede estar ahí”.
Repiso opinó que es importante tener en cuenta que la persona que se encuentra privada de su libertad “no es un paquete, sino son personas con los mismos derechos que cualquier otra, más allá del delito que cometieron. Nosotros, como miembros de la Iglesia, a veces nos señalan como que apañamos el delito de esas personas y, sin embargo, nosotros hacemos lo que Cristo nos dijo que hiciéramos: “Ir a ver al hombre, mirarlo con ojos de misericordia como hace el Señor con cada uno de nosotros, porque si Él tuviera en cuenta nuestros pecados, difícilmente escaparíamos de su justicia”.
Otra realidad que abordó Repiso fue la lentitud con que trabaja a veces la justicia demorando de esta manera muchos casos. “Considero que tiene que haber una justicia más efectiva. Sabemos que hoy se realizan muchos esfuerzos pero a veces no alcanzan. Me imagino que hay pilas de expedientes que todavía están guardadas y no se pueden ver, y esto, a veces, nos lleva a la injusticia. Porque si no son revisadas las causas con prontitud, se supone que el que está procesado, hasta que no se pruebe que es culpable, sigue siendo inocente, y eso lo dice la Constitución Nacional, y ahí nos encontramos que los principios de esas personas están vulneradas y avasalladas”.
‘Un mundo sin cárceles’
Existe una pastoral ‘soñada’, no sólo por los miembros de la Arquidiócesis de Corrientes, sino también de todas las diócesis del país, que es ‘un mundo sin cárceles’. “Ese es nuestro sueño algún día –dijo José-. La Pastoral no es solamente ir a visitar a un detenido, sino abarca distintas áreas, como por ejemplo, acompañar a los agentes penitenciarios también, y acá se está logrando de a poco. Por ejemplo ya vamos por la II Peregrinación a pie a Itatí. La Virgen hace maravillas. Nosotros somos instrumentos simplemente para encauzarlos. Se percibe en todos (tanto agentes penitenciarios como los presos) la voluntad para cambiar las cosas. No obstante falta mucho camino por recorrer”.
En los últimos meses, en los medios de comunicación social, se denunciaron maltratos en el interior de las cárceles. ¿Esto se vive en Corrientes?, fue la pregunta. José respondió lo siguiente: “Para denunciar hay que tener pruebas. Existen quejas por parte de los familiares de los presos. Se dice que en la requisa se abusa un poco, como que son ‘castigados’. Lo que se puede observar es que existe un sistema que es bastante añejo y se escucha todavía por ahí: ‘A este hay que darle para que se recomponga’, y la cosa no pasa por ahí. Lo que hay que cambiar es el corazón. Uno no puede cambiar un corazón a los golpes. El corazón se cambia por el amor, que es lo que nos enseñó Jesús. Evidentemente existe el maltrato y no va a dejar de existir por ahora porque no hay ninguna intención de cambiar”, disparó Repiso.
Una pastoral de la misericordia
Blanca Celiz, miembro de la Pastoral Penitenciaria y esposa de José, quiso dejar en claro la misión que tienen: “Es una Pastoral de la misericordia. Así como el Señor nos perdona a nosotros, nosotros tenemos que aprender a perdonar. Nosotros estamos organizados como para ir a las cárceles para seguir lo que dice el Evangelio: ‘Vengan benditos de mi Padre porque tuve preso y me visitaste’.
Asimismo Blanca agregó que la realidad que hoy viven nuestros hermanos tras las rejas no son las mejores, tanto en lo afectivo como lo humano. “Hay hermanos nuestros que no tienen un familiar que los visite. Tampoco, muchos de ellos, no tienen ropa”, detalló.
Blanca agradeció el apoyo que cuentan con las Fuerzas de Seguridad para que ellos puedan desarrollar su pastoral sin inconvenientes. “Gracias a Dios aquí en Corrientes tenemos mucha apertura, tanto del servicio penitenciario como el del policial. Es gente cristiana y mariana. También colaboran mucho con nosotros efectivos de Prefectura y Policía Federal”.
La esposa de José comentó algo digno de ser contado. Es uno de los tantos frutos que se observa en esta pastoral. Blanca trabaja en la Comisaría de la Mujer y el Menor. Hace poco, en una sala vacía, lo estaban por destinar como un ‘lugar de castigo’. Luego, por decisión de las autoridades, decidieron convertir ese lugar en una futura biblioteca y oratorio. Hoy es una sala de manualidades y se realizan interesantes trabajos.
Cabe señalar que la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Corrientes –en total son 30 miembros- enseñan Catequesis y celebran Misas en la Unidad I, II y VI. Asimismo, en las comisarías, se realizan los que ellos llaman “Catequesis vivencial”, que no es otra cosa que compartir con ellos dentro de las cárceles. También preparan para la Catequesis Sacramental.
Para las personas que deseen contactarse con miembros de la Pastoral Penitenciaria, deberán dirigirse a la Iglesia de La Merced o bien comunicarse al teléfono 423695.
Así lo manifestó José Repiso quien es coordinador de la Pastoral Penitenciaria en nuestra Arquidiócesis. Asimismo reclamó una “justicia más efectiva” teniendo en cuenta que existen muchos casos que hoy están sin resolver. Finalmente pidió a toda la comunidad correntina tomar conciencia que la gente que hoy se encuentra privada de su libertad “son personas igual que nosotras y por lo tanto tienen la misma dignidad”.
Corrientes, 28 de noviembre de 2007. – La visión que uno tiene de las cárceles a veces es muy distinta de la realidad. En cambio la mirada que tienen los que trabajan dentro de ellas es un poco más objetiva y hasta en algunos casos increíbles.
El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, dialogó con miembros de la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Corrientes, para conocer la realidad que se vive dentro de las cárceles, y cómo se encuentran hoy nuestros hermanos que se encuentran privados de su libertad.
José Repiso, coordinador de esa pastoral, hace tiempo viene prestando servicios en las cárceles. Él nos comentó que hace poco, en una reunión que se realizó en Córdoba con todas las pastorales carcelarias del país, se arribó a una conclusión no poco preocupante: “Hoy las cárceles están muy saturadas de gente, muy sobre pobladas, las estructuras no dan y, además, al que está adentro, a la sociedad mucho no le importa”, señaló duramente el coordinador.
Por lo expresado arriba, Repiso dijo que “nosotros, con rezos y misas en distintas dependencias, venimos pidiendo por la dignidad de esas personas que se encuentran hoy privadas de su libertad. Lo hacemos también por la dignidad de sus familias que hoy son bastante maltratadas”.
Sistema carcelario obsoleto
Luego siguió describiendo la realidad de nuestras cárceles: “Creo que no estamos actualizados y ajustados a la realidad de este tiempo. El sistema carcelario quedó muy obsoleto. Por mas que se fabricaran nuevas ‘jaulas’, no se ataca de raíz el problema, que es la falta de trabajo, de contención y otros factores. Lo curioso de todo esto es que cualquiera de nosotros puede estar ahí”.
Repiso opinó que es importante tener en cuenta que la persona que se encuentra privada de su libertad “no es un paquete, sino son personas con los mismos derechos que cualquier otra, más allá del delito que cometieron. Nosotros, como miembros de la Iglesia, a veces nos señalan como que apañamos el delito de esas personas y, sin embargo, nosotros hacemos lo que Cristo nos dijo que hiciéramos: “Ir a ver al hombre, mirarlo con ojos de misericordia como hace el Señor con cada uno de nosotros, porque si Él tuviera en cuenta nuestros pecados, difícilmente escaparíamos de su justicia”.
Otra realidad que abordó Repiso fue la lentitud con que trabaja a veces la justicia demorando de esta manera muchos casos. “Considero que tiene que haber una justicia más efectiva. Sabemos que hoy se realizan muchos esfuerzos pero a veces no alcanzan. Me imagino que hay pilas de expedientes que todavía están guardadas y no se pueden ver, y esto, a veces, nos lleva a la injusticia. Porque si no son revisadas las causas con prontitud, se supone que el que está procesado, hasta que no se pruebe que es culpable, sigue siendo inocente, y eso lo dice la Constitución Nacional, y ahí nos encontramos que los principios de esas personas están vulneradas y avasalladas”.
‘Un mundo sin cárceles’
Existe una pastoral ‘soñada’, no sólo por los miembros de la Arquidiócesis de Corrientes, sino también de todas las diócesis del país, que es ‘un mundo sin cárceles’. “Ese es nuestro sueño algún día –dijo José-. La Pastoral no es solamente ir a visitar a un detenido, sino abarca distintas áreas, como por ejemplo, acompañar a los agentes penitenciarios también, y acá se está logrando de a poco. Por ejemplo ya vamos por la II Peregrinación a pie a Itatí. La Virgen hace maravillas. Nosotros somos instrumentos simplemente para encauzarlos. Se percibe en todos (tanto agentes penitenciarios como los presos) la voluntad para cambiar las cosas. No obstante falta mucho camino por recorrer”.
En los últimos meses, en los medios de comunicación social, se denunciaron maltratos en el interior de las cárceles. ¿Esto se vive en Corrientes?, fue la pregunta. José respondió lo siguiente: “Para denunciar hay que tener pruebas. Existen quejas por parte de los familiares de los presos. Se dice que en la requisa se abusa un poco, como que son ‘castigados’. Lo que se puede observar es que existe un sistema que es bastante añejo y se escucha todavía por ahí: ‘A este hay que darle para que se recomponga’, y la cosa no pasa por ahí. Lo que hay que cambiar es el corazón. Uno no puede cambiar un corazón a los golpes. El corazón se cambia por el amor, que es lo que nos enseñó Jesús. Evidentemente existe el maltrato y no va a dejar de existir por ahora porque no hay ninguna intención de cambiar”, disparó Repiso.
Una pastoral de la misericordia
Blanca Celiz, miembro de la Pastoral Penitenciaria y esposa de José, quiso dejar en claro la misión que tienen: “Es una Pastoral de la misericordia. Así como el Señor nos perdona a nosotros, nosotros tenemos que aprender a perdonar. Nosotros estamos organizados como para ir a las cárceles para seguir lo que dice el Evangelio: ‘Vengan benditos de mi Padre porque tuve preso y me visitaste’.
Asimismo Blanca agregó que la realidad que hoy viven nuestros hermanos tras las rejas no son las mejores, tanto en lo afectivo como lo humano. “Hay hermanos nuestros que no tienen un familiar que los visite. Tampoco, muchos de ellos, no tienen ropa”, detalló.
Blanca agradeció el apoyo que cuentan con las Fuerzas de Seguridad para que ellos puedan desarrollar su pastoral sin inconvenientes. “Gracias a Dios aquí en Corrientes tenemos mucha apertura, tanto del servicio penitenciario como el del policial. Es gente cristiana y mariana. También colaboran mucho con nosotros efectivos de Prefectura y Policía Federal”.
La esposa de José comentó algo digno de ser contado. Es uno de los tantos frutos que se observa en esta pastoral. Blanca trabaja en la Comisaría de la Mujer y el Menor. Hace poco, en una sala vacía, lo estaban por destinar como un ‘lugar de castigo’. Luego, por decisión de las autoridades, decidieron convertir ese lugar en una futura biblioteca y oratorio. Hoy es una sala de manualidades y se realizan interesantes trabajos.
Cabe señalar que la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis de Corrientes –en total son 30 miembros- enseñan Catequesis y celebran Misas en la Unidad I, II y VI. Asimismo, en las comisarías, se realizan los que ellos llaman “Catequesis vivencial”, que no es otra cosa que compartir con ellos dentro de las cárceles. También preparan para la Catequesis Sacramental.
Para las personas que deseen contactarse con miembros de la Pastoral Penitenciaria, deberán dirigirse a la Iglesia de La Merced o bien comunicarse al teléfono 423695.
1 comentario:
Un Cordial Saludo Republicano desde el Movimiento Argenlibre
Publicar un comentario