jueves, diciembre 21, 2006

DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

¿DIALOGAMOS?

Todo hombre necesita comunicarse con los demás para crecer y realizarse como persona. La forma de comunicación por excelencia es el DIALOGO. Es el instrumento que puede generar acercamientos, ayudar a superar conflictos, a evitar enfrentamientos, a solucionar problemas, a crecer en solidaridad.. Es la mejor forma de buscar la verdad entre dos o más personas.-
Nuestro país a lo largo de su historia, adoleció de la falta de Diálogo, y las consecuencias fueron lamentables, sino trágicas, y a pesar de los vivido, parece que aún hoy es una asignatura pendiente si nos atenemos a las noticias periodísticas, ya que reiteradamente escuchamos y leemos “ lo que falta es diálogo”.-
Nuestros Obispos, conocedores de la realidad nacional, en forma explícita desde diciembre de 2001, a noviembre de 2006, en sus mensajes se han referido, una y otra vez al Diálogo. En enero del 2002, el Presidente de la CEA, Mons Estanislao Karlic, en su alocución en oportunidad de la presentación del “Diálogo Argentino” se refería al origen del mismo, en estos términos “El diálogo tiene su origen y su mas alta expresión en la relación de Dios con el hombre. Este origen revela la naturaleza y manifiesta dignidad del diálogo”. En el último documento del _ episcopado ( “Bien Común y Diálogo”-92° Asamblea Plenaria- nov. 2006) también refiriéndose al diálogo nos decían : “los cristianos encontramos su fundamento en la Encarnación del Hijo de Dios que tomó El mismo, la iniciativa de hacerse como nosotros para venir a salvaros”.
Pero avanzan también en sus enseñanzas al hablar de la necesidad del Diálogo cuando manifiestan : “El diálogo que la patria necesita debe ser la búsqueda sincera de la verdad y del bien de todos en una permanente preocupación por los mas pobres”. El diálogo imprescindible y urgente, necesita de renunciamientos sinceros en la mente y el corazón de toda la dirigencia” (130° Reunión de la Comisión permanente de la CEA- diciembre 2001) era este, sin dudas un momento especialmente difícil para todos, ya que nos encontrábamos al borde de la disolución como sociedad, por eso, en el mismo documento expresaban: “El diálogo que el país reclama de los diversos sectores de la dirigencia debe tener como horizonte la fundación de un tiempo nuevo y no ser un espacio de intercambios de beneficios o de réditos políticos”.
Debemos tener muy claro que el diálogo es el mejor instrumento de acercamiento de sectores en conflicto, por eso podemos decir que es instrumento de paz, ya que sirve para conocer y comprender las realidades y así poder mejorarlas, pero también debemos reconocer que no es tarea fácil, pues un diálogo auténtico es exigente y requiere de ciertas condiciones para poder concretarse, y estas están claramente expresadas en los documentos de la CEA: “Para cultivar el diálogo es precio buscar sinceramente el bien común, formular con honestidad la propia proposición y “escuchar” atentamente la del prójimo”( “Dialogar para reconstruir la Patria”- Mensaje de la Comisión Permanente del CEA enero 2002) Con sabiduría Mons Karlic nos decía, también en enero de 2002 “.En el ejercicio del diálogo se ha de manifestar con honestidad el propio pensamiento, las propias intenciones, y escuchar atenta y respetuosamente los problemas y las razones de los otros. Se ha de hablar con sabiduría y claridad, con mansedumbre, confianza y prudencia, con paciencia y perseverancia.”
En nuestra sociedad atravesada por tantos desencuentros, que importante sería que nuestros dirigentes reflexionaran y tuvieran en cuenta estas condiciones que orientan todo dialogo auténtico, ya que es innegable la necesidad del mismo, y la ciudadanía demanda y espera que sus representantes actúen conforme a las circunstancias; son muchos y variados los temas que en este momento exigen detenerse y dialogar, pues está en juego el Bien Común, fin y criterio regulador de la vida política, al que los gobernantes deben dedicar todos sus esfuerzos (Cuestión territorial y Esteros del Iberá, Reforma Constitucional, conflicto con el Uruguay por instalación de pasteras, gobierno y oposición, seguridad, productores agropecuarios etc.) Para nombrar solo los más urgentes y paradigmáticos.
Vale la pena hacer todos los esfuerzos necesarios para promover el Diálogo en nuestra Patria ya que del éxito del mismo obtendremos frutos muy valiosos como los que nos señalan nuestros obispos : “El Diálogo es el gran instrumento de construcción y consolidación de la democracia. Fortaleciendo el diálogo podremos superar la excesiva fragmentación que debilita a nuestra sociedad y nos dispondremos a encontrar consensos necesarios que nos ayuden a reafirmar nuestra identidad y crecer en la amistad social” (“Bien Común y Diálogo”- Documento de la 92° Asamblea Plenaria del CEA)
El Santo Padre Benedicto XVI, en su reciente viaje a Turquía, nos ha dado un ejemplo concreto de disponibilidad al diálogo con todos, ya que con valentía y a pesar de las dificultades, propició el diálogo interreligioso.- Y nosotros? Fomentamos el diálogo, lo facilitamos, lo promovemos, lo practicamos, en nuestras familias, en nuestras comunidades, en nuestras asociaciones, en los partidos políticos, en la Iglesia; damos testimonio de conductas dialoguistas? O nos limitamos a hablar del tema, y a exigir a los demás?.-

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