¿DIALOGAMOS?
  Todo  hombre  necesita  comunicarse  con  los  demás  para  crecer  y  realizarse  como persona.   La  forma  de  comunicación  por  excelencia  es  el  DIALOGO. Es  el  instrumento  que  puede  generar  acercamientos, ayudar  a  superar  conflictos,  a evitar  enfrentamientos,  a solucionar  problemas,  a crecer  en solidaridad.. Es  la  mejor forma de  buscar   la verdad entre  dos  o  más  personas.-
Nuestro  país  a  lo  largo  de  su  historia,  adoleció  de  la  falta  de  Diálogo,  y  las  consecuencias  fueron  lamentables,  sino  trágicas,  y  a pesar  de los  vivido,  parece  que  aún hoy  es  una  asignatura  pendiente  si  nos  atenemos  a  las  noticias  periodísticas,    ya  que   reiteradamente   escuchamos  y  leemos  “ lo  que  falta  es diálogo”.-
   Nuestros  Obispos,  conocedores  de  la  realidad  nacional,  en  forma  explícita  desde  diciembre  de  2001, a  noviembre  de  2006,  en  sus  mensajes  se  han  referido,  una  y  otra vez  al  Diálogo.  En  enero  del  2002, el  Presidente   de  la  CEA,  Mons Estanislao  Karlic,  en  su  alocución  en  oportunidad  de  la  presentación del  “Diálogo  Argentino”  se  refería  al  origen del mismo,  en  estos  términos  “El  diálogo  tiene  su  origen  y   su  mas  alta  expresión  en  la  relación  de  Dios  con  el  hombre.  Este  origen   revela  la  naturaleza  y  manifiesta  dignidad  del  diálogo”.  En  el último  documento  del _ episcopado  ( “Bien  Común  y Diálogo”-92°    Asamblea  Plenaria- nov. 2006)  también  refiriéndose  al  diálogo  nos  decían : “los  cristianos  encontramos  su  fundamento  en  la  Encarnación del  Hijo  de  Dios  que  tomó  El  mismo, la  iniciativa  de  hacerse  como  nosotros  para  venir  a  salvaros”.
Pero  avanzan  también  en  sus  enseñanzas  al  hablar  de  la  necesidad  del  Diálogo cuando    manifiestan :  “El  diálogo  que   la  patria  necesita  debe  ser  la búsqueda  sincera  de  la  verdad  y  del bien  de todos  en  una  permanente  preocupación  por  los  mas  pobres”.  El  diálogo  imprescindible  y  urgente,  necesita  de  renunciamientos  sinceros  en  la  mente  y  el  corazón  de  toda  la  dirigencia” (130°  Reunión  de  la  Comisión  permanente  de  la  CEA- diciembre  2001) era  este,  sin  dudas  un  momento  especialmente  difícil  para  todos,  ya  que  nos  encontrábamos  al  borde   de  la  disolución  como  sociedad,  por  eso,  en  el  mismo  documento  expresaban: “El  diálogo  que  el  país  reclama  de los  diversos  sectores  de  la  dirigencia  debe  tener  como  horizonte  la  fundación  de  un  tiempo  nuevo y  no  ser  un  espacio de  intercambios de  beneficios o  de  réditos  políticos”.
Debemos  tener  muy  claro  que  el  diálogo  es  el  mejor  instrumento   de  acercamiento  de  sectores  en  conflicto, por  eso podemos decir  que es  instrumento  de  paz,  ya  que  sirve  para  conocer  y  comprender  las  realidades  y   así  poder  mejorarlas,  pero  también debemos  reconocer  que  no  es  tarea  fácil,  pues  un  diálogo  auténtico  es  exigente  y  requiere   de  ciertas  condiciones para poder  concretarse,  y  estas  están  claramente  expresadas  en  los  documentos  de  la  CEA: “Para  cultivar  el  diálogo  es  precio buscar sinceramente  el  bien  común,  formular  con  honestidad   la  propia  proposición  y  “escuchar”  atentamente la  del  prójimo”( “Dialogar  para  reconstruir la  Patria”-  Mensaje  de  la  Comisión  Permanente  del  CEA   enero  2002)  Con  sabiduría  Mons  Karlic  nos  decía, también  en enero  de  2002 “.En  el  ejercicio  del  diálogo   se ha  de  manifestar con  honestidad  el  propio  pensamiento,  las  propias  intenciones,  y  escuchar  atenta  y  respetuosamente  los  problemas  y  las  razones  de  los  otros.  Se  ha  de  hablar  con  sabiduría  y  claridad,  con  mansedumbre,  confianza  y  prudencia,  con  paciencia  y  perseverancia.”
En  nuestra  sociedad  atravesada  por  tantos  desencuentros,  que  importante  sería  que  nuestros  dirigentes  reflexionaran  y  tuvieran  en  cuenta  estas  condiciones  que  orientan  todo  dialogo  auténtico, ya  que  es  innegable  la  necesidad   del  mismo, y  la  ciudadanía  demanda y espera  que  sus  representantes  actúen  conforme  a  las  circunstancias;  son  muchos  y  variados  los  temas  que  en  este  momento  exigen  detenerse  y  dialogar, pues  está  en  juego  el  Bien  Común,  fin  y  criterio  regulador  de  la vida  política,  al  que  los  gobernantes  deben  dedicar  todos  sus  esfuerzos (Cuestión  territorial   y   Esteros  del  Iberá,  Reforma  Constitucional,  conflicto  con  el  Uruguay  por  instalación  de   pasteras,  gobierno  y  oposición, seguridad, productores  agropecuarios etc.)  Para  nombrar solo los  más  urgentes  y  paradigmáticos.
Vale  la  pena  hacer  todos  los  esfuerzos  necesarios  para  promover  el  Diálogo  en  nuestra  Patria  ya  que  del  éxito  del  mismo  obtendremos  frutos  muy  valiosos  como  los que  nos  señalan   nuestros  obispos : “El  Diálogo es  el  gran  instrumento de  construcción  y  consolidación   de  la   democracia.  Fortaleciendo  el  diálogo podremos  superar  la  excesiva  fragmentación  que  debilita  a  nuestra  sociedad  y  nos  dispondremos  a  encontrar  consensos  necesarios  que  nos  ayuden  a  reafirmar  nuestra  identidad   y   crecer  en  la  amistad  social” (“Bien   Común  y  Diálogo”-  Documento  de  la  92° Asamblea  Plenaria  del  CEA)
El  Santo  Padre   Benedicto  XVI,  en  su  reciente  viaje  a  Turquía,  nos  ha dado  un  ejemplo concreto  de  disponibilidad  al  diálogo  con  todos,  ya que  con  valentía  y  a  pesar  de las  dificultades,  propició  el  diálogo  interreligioso.-  Y   nosotros?   Fomentamos  el  diálogo,  lo  facilitamos,  lo  promovemos,  lo  practicamos,  en  nuestras  familias,  en  nuestras  comunidades,  en  nuestras  asociaciones,  en  los  partidos políticos,  en  la  Iglesia;  damos  testimonio  de  conductas  dialoguistas?  O  nos  limitamos  a  hablar  del  tema, y  a  exigir a  los demás?.-