jueves, octubre 19, 2006

"EL REFUGIO"

Un programa radial marcado con
el sello de una experiencia de vida


La emisión radial está enfocada a personas que padecen cáncer. La conducción se encuentra a cargo de jóvenes mujeres correntinas. Una de ellas, María Adriana Ayala Carimi, fue diagnosticada hace tiempo atrás con Leucemia. Hoy, y luego de haber superado ese momento difícil de su vida, pretende acompañar desde los micrófonos a todos aquellos que padecen esta enfermedad, como así también a sus seres queridos. El CICSO presenta esta historia de vida con ‘sabor’ a milagro.

Ella no es comunicadora social. Tampoco tuve mucha experiencia de estar frente a un micrófono y conducir un programa radial. Sin embargo su experiencia de vida la llevó a tener hoy una emisión destinada a personas que padecen de cáncer, como así también a sus seres queridos.
Se trata de la joven María Adriana Ayala Carimi quien hoy conduce el programa “El Refugio” que se emite todos los sábados, a las 15.30, por la 96.9mhz.
En el programa “Tendiendo Redes”, que está en el aire todos los martes de 19 a 20, por FM “San Cayetano” 102.7mhz, María Adriana expresó que la audición no sólo está dirigido a personas con cáncer, sino que también a aquellas que pasaron por esa experiencia o familiares que han perdido a sus seres queridos a raíz de esa enfermedad.
Ayala Carimi reconoció vivir con el “espíritu cristiano” que lo guía en este camino de la vida y, por eso, sabe que no todo termina aquí, sino que es el tránsito a la Vida Eterna. “Nosotras, a lo largo del programa, tratamos de difundir precisamente que no todo termina en esta vida, al contrario, sabemos que estamos llamados a participar de la Vida Eterna. Si nos enteramos de que existe alguna persona con cáncer, nuestra misión es animarla, que no se eche abajo, sino que siga luchando por vivir”.
Adriana debutó con su programa radial el 8 de julio de este año. Pero un día antes, el 7 de ese mes, cumplió 6 años que lo habían diagnosticado Leucemia, y hoy lleva una vida normal. “La emisión, en verdad, surgió luego de un volver a nacer que me tocó a mí”, indicó.
Hace 6 años atrás le diagnosticaron Leucemia a Adriana. Hasta ese tiempo ella llevaba una vida “normal”: ir a la escuela, formar parte de una ‘familia católica’, era muy buena alumna y su sueño siempre fue tener una computadora y ser abanderada. Cuando cursaba el 9no. año y estaba por cumplir 15, todo parecía ‘derrumbarse’ en la vida de la joven: se le diagnosticó Leucemia. “Con el primero que me enojé fue con Dios. Mucho tiempo corté la relación con Él. Al principio me pareció una pesadilla buscando la forma de despertar, pero después lo que parecía malo, no lo era tanto”, comentó.
Con el transcurrir del tiempo, Adriana aprendió de que no se trata de tener muchas cosas en la vida para ser feliz, sino simplemente lo esencial, como la vida misma. “Gracias a mi diagnóstico mi familia comenzó a unirse más, como así también mis amigos y compañeros. Asimismo me dejé de preocupar por ser una chica “10”.
A los 6 meses de declarada la enfermedad tuve una experiencia personal con Dios: antes de la operación los doctores habían manifestado que esta enfermedad era difícil de entender en el cuerpo de una niña y que estaba en manos de Dios y, en ese momento, me acordé el pasaje bíblico que dice: “El Reino de los Cielos está entre ustedes” y también me acordé de Mamá María, y rogué a Dios en estos términos: “Que se haga tu voluntad Dios”. En ese momento –siguió comentando Adriana-, se me apareció una señora vestida de celeste sosteniendo la camilla y, a partir de ahí, sentí un volver a nacer. Luego todo fue cambiando”, expresó

“Hoy llevo una vida normal”

Luego de conocer un poco su historia de vida, Adriana Ayala confesó a el CICSO que
hoy lleva “una vida normal. La enfermedad, por gracia de Dios, desapareció”, añadió.
En partes de su cuerpo quedaron las huellas del pasado: las cicatrices de su enfermedad, y eso le recuerda a ella que Dios intervino en su vida y, por lo tanto, “me ayuda a mí a dejar el hombre viejo para revestirme del nuevo”.
Si bien ella reconoció que hoy lleva una vida sana, no obstante deberá hacerse un control cada seis meses para ir comprobando que efectivamente la Leucemia desapareció por completo.
Con respecto a su programa radial, ella comentó que “se fue gestando desde un principio. Siempre hay que buscar la manera de comunicar este tipo de experiencia. Yo antes quería callar y esconderme, sin embargo Dios me situaba frente a personas que me necesitaban”.
Finalmente comentó cómo le va con su programa. “Nos va bastante bien. El otro día nos llamó una señora y nos dijo que su esposo tiene cáncer, entonces nosotras nos fuimos a visitarlo”. Más adelante dijo que el programa se llama “El Refugio” porque consideran un espacio donde el Sagrado Corazón de Jesús alberga a todos, “es un refugio seguro, no hay otro”, concluyó.

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