miércoles, marzo 01, 2006

Una promoción nutricional comunitaria

“Raíces” es un proyecto de huertas orgánicas. El objetivo es contrarrestar el grave problema de la desnutrición que afecta a numerosos niños y familias de un conocido movimiento educativo que hace tiempo viene trabajando en el barrio Ongay.

Un proyecto, con muchas esperanzas, se viene poniendo en marcha en un barrio periférico de esta ciudad: Ongay. Se trata del “Proyecto de Huertas Orgánicas” denominado “Raíces”, una “promoción nutricional desde el trabajo comunitario de la tierra”, que viene encarando el Movimiento de Educación Popular “Fe y Alegría”.
El objetivo de este emprendimiento, iniciado en el 2005, es contrarrestar el grave problema de la desnutrición que afecta a un importante número de alumnos perteneciente a ese movimiento educativo y sus familias.
El proyecto no sólo se viene implementando en un barrio periférico de Corrientes, sino también en el Interior y en la vecina ciudad del Chaco: en el Centro Ongay, en el barrio que lleva ese nombre; en el Centro de Bella Vista, en esa localidad y en el Centro Alberdi de la ciudad de Resistencia (Chaco), respectivamente.
“Fe y Alegría” no es el único artífice de esta historia. También están colaborando instituciones de prestigio como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), a través del cual se obtuvo el financiamiento económico para el equipamiento y los insumos pertinentes (herramientas, alambrados, medias sombras, entre otros) para las familias participantes, así como también para la ejecución del proyecto en cada una de estas áreas territoriales.
El INTA, por su parte, ha aportado la capacitación de familias en temáticas variadas y la provisión de colecciones de semillas de las temporadas otoño- invierno y primavera-verano.

Coordinación y promoción
“Fe y Alegría” trabaja en “RAICES” coordinando y promocionando las diversas acciones relacionadas con la organización de la dinámica del proyecto en la región, el nucleamiento y la motivación de las familias, la preparación y realización de las instancias de capacitación e intercambio, el monitoreo mensual de las huertas, y el seguimiento de acciones específicas.
El proyecto “RAÍCES” en la región NEA está a cargo de un equipo conformado por una asistente social, la licenciada Silvia Godoy y una técnica especializada en huertas familiares y comunitarias, la ingeniera agrónoma Rosa Vallejos.
A esta propuesta de trabajo se suma un equipo de promotores locales conformado por personal directivo, docentes y no docentes de cada uno de estos centros de “Fe y Alegría” que en tiempos extra escolares y de manera comprometida se abocan a la tarea de establecer lazos de cercanía con las familias, apoyo teórico en terreno y difusión de las informaciones pertinentes mediante su participación en encuentros de intercambio teórico – prácticos y visitas domiciliarias periódicas a las distintas familias.
El proyecto “Raíces” tiene como lema: la huerta como medio. Por eso, uno de sus propósitos es “fomentar el cuidado del ambiente, la salud y la nutrición de las familias; generar hábitos de trabajo; establecer vínculos y aprendizajes grupales; recuperar la producción de nuestras tierras e incorporar nuevas prácticas alimenticias en los hábitos familiares, etc.”.
“La cultura del trabajo en la huerta”, “La Siembra y sus tipologías”, “La Sustentabilidad de la huerta en el tiempo”, “El cuidado del ambiente”, “La Salud y la alimentación familiar”, son algunos de los temas trabajados con las familias en los encuentros de intercambio con técnicos y promotores.
La primera etapa de “Raíces” finalizó en diciembre de 2005 y continuará en dos posteriores: a partir de marzo de 2006 y hasta mediados de ese mes con el aporte de nuevas propuestas de trabajo en derredor de la huerta orgánica familiar.

Los protagonistas
La “empresa” nuclea en la actualidad a un total de 50 familias y 30 promotores locales trabajando en 2 huertas escolares, 37 huertas familiares y dos huertas comunitarias (lideradas por grupos de 4 y 10 mujeres, respectivamente).
Es relevante destacar que las tareas hortícolas, si bien son llevadas a cabo por los diversos integrantes de las familias, tienen el fundamental protagonismo de las “mujeres del hogar”, las cuales representan el 96% de la mano de obra al frente de las huertas desarrolladas en el proyecto. Las primeras evaluaciones, desde las familias participantes, ha redundado en la importancia del trabajo en conjunto en favor de las mejoras de las condiciones alimenticias de sus familias, así como la valoración de los espacios de intercambio y el contacto persona a persona en la dinámica del proyecto, del cual establecen “haber ayudado a la unión de nuestras familias en una tarea común en la tierra y aprendiendo desde nuestras propias “Raíces”.

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