El Taller de Doctrina Social de la Iglesia (DSI) que iniciamos en abril ya lleva tres encuentros cumplidos, con buena participación del público, reflejo de la avidez y entusiasmo de los asistentes. Estos encuentros, que tienen lugar cada quince días en la sede del Centro, están bajo la coordinación de la madre María del Pilar Flores, RJM, y tienen el objetivo de acercarnos los documentos emitidos por la Iglesia, para poder aplicar sus enseñanzas en nuestra vida diaria.En el primer encuentro se trabajó en forma grupal sobre la definición de Doctrina Social, de su implicancia y su significado, a partir de los textos del Catecismos que acercó la religiosa.Entre las definiciones que resultaron del aporte de los asistentes, podemos destacar las siguientes:
- “La Doctrina Social de la Iglesia es un conjunto de principios y enseñanzas que pretenden preservar y recuperar la dignidad del hombre en cuanto a los aspectos económicos y sociales a la luz del evangelio”.-
“Establece y brinda bases para la dignificación del hombre tomando como principio y fin la palabra de Dios. También genera opiniones sobre temas como: economía, política, justicia, entre otras, con el objetivo de lograr el bien común y la paz”.-
“Conjunto de principios y pautas para la acción de todo hombre que, a la luz del evangelio, dan respuesta a las distintas realidades sociales, destacando fundamentalmente la dignidad humana”.-
“La Doctrina Social de la Iglesia nos enseña a vivir una vida plena basada en Cristo, dándole protección al hombre, brindando respuesta a sus situaciones actuales”.-
“Es la inspiración de las actitudes justas en el uso de los bienes terrenos para que el hombre pueda dar testimonio de su ser bautizado. Comprende un cuerpo doctrinal que la Iglesia interpreta a lo largo de la historia a la luz del evangelio, con la asistencia del Espíritu Santo. Apelando a la buena voluntad del hombre, éste puede aportar justicia y paz para el mundo, teniendo en cuenta su dignidad y el bien común”.-
“Conjunto de enseñanzas de nuestra iglesia, enraizadas en el evangelio para encauzar e impregnar al hombre en su tiempo histórico, y él, a su vez, pueda transformar y orientar la sociedad, en la justicia y la paz, afirmando su dignidad”.
Ya en un segundo encuentro, el tema central fue la persona humana y su dignidad. En la ocasión cada grupo planteó algunos problemas que atentan contra la dignidad del hombre, y trató de encontrar cuáles serían sus posibles soluciones, desde el lugar de cada uno, buscando el cambio en actitudes propias que propicien a la acción.Mediante la elaboración de collages hechos en papel afiche con recortes de revistas, los participantes pudieron plasmar sus preocupaciones acerca de la realidad del hombre y su dignidad.Entre los temas surgidos, se encuentran desde la explotación de menores, los chicos de la calle, el peligro que vive la familia como institución, la falta y crisis de valores, la escasez de trabajo, la dignidad de los niños no nacidos, como hasta el consumismo y sus consecuencias, la desnutrición, el derecho a la salud, a la vejez digna, y a la vivienda digna, y la discriminación.A partir de allí, se buscaron actitudes y acciones que pudieran orientarse a un posible cambio, aunque fuese mínimo, con la esperanza y el proyecto de poder llevarlas a la práctica en la realidad de nuestra sociedad.La variedad de conclusiones que se despertó en cada uno de los grupos fue amplia, y resaltaron algunas que fueron comunes:
Todos somos hijos de DiosYa en un segundo encuentro, el tema central fue la persona humana y su dignidad. En la ocasión cada grupo planteó algunos problemas que atentan contra la dignidad del hombre, y trató de encontrar cuáles serían sus posibles soluciones, desde el lugar de cada uno, buscando el cambio en actitudes propias que propicien a la acción.Mediante la elaboración de collages hechos en papel afiche con recortes de revistas, los participantes pudieron plasmar sus preocupaciones acerca de la realidad del hombre y su dignidad.Entre los temas surgidos, se encuentran desde la explotación de menores, los chicos de la calle, el peligro que vive la familia como institución, la falta y crisis de valores, la escasez de trabajo, la dignidad de los niños no nacidos, como hasta el consumismo y sus consecuencias, la desnutrición, el derecho a la salud, a la vejez digna, y a la vivienda digna, y la discriminación.A partir de allí, se buscaron actitudes y acciones que pudieran orientarse a un posible cambio, aunque fuese mínimo, con la esperanza y el proyecto de poder llevarlas a la práctica en la realidad de nuestra sociedad.La variedad de conclusiones que se despertó en cada uno de los grupos fue amplia, y resaltaron algunas que fueron comunes:
Todos tenemos derechos y deberes
Compromiso, ser testigos
Trabajo en equipo y diálogo
Formación y capacitación
Crear espacios