miércoles, abril 18, 2007

Según el rector de la UCA


LA BRECHA SOCIAL TODAVÍA NO LOGRA CERRARSE

El rector de la Universidad Católica Argentina, monseñor Alfredo Zecca; y el director del Observatorio de la Deuda Social, Agustín Salvia, presentaron los resultados de la versión 2007 del Barómetro de la Deuda Social Argentina, cuya principal conclusión es que “se hace evidente que el progreso económico no resuelve por sí sólo las causas estructurales de la pobreza humana, ni los factores que generan una reproducción ampliada de las desigualdades sociales”.

"Un cuadro de situación signado por importantes mejoras en numerosos indicadores, aunque con marcadas dificultades en cuanto al cierre de las brechas entre diferentes sectores", subraya.
Tras asegurar que “el crecimiento económico no es suficiente para garantizar los derechos sociales”, el informe –bajo el título “Avances y retrocesos de una sociedad polarizada- explica que el objetivo es “aportar conocimientos que permitan delinear políticas públicas, atentas a compatibilizar los beneficios del crecimiento económico con las necesidades de progreso social para todos”.
La investigación se hizo en base a una Encuesta de la Deuda Social Argentina, que se realizó en junio de 2006 sobre una muestra de 1.500 hogares, de los cuales el 70% corresponden a familias ya encuestadas en 2004 y 2005, a fin de hacer comparable el informe.
Entre otras conclusiones se determinó que "los problemas para el acceso seguro a los alimentos disminuyeron del 11 por ciento en junio de 2004 a un 4 por ciento en igual período de 2006, cuando la tercera parte de los hogares encuestados disminuyó sus consumos alimentarios en cantidad o calidad".

Oportunidades de trabajo
También demostró que el acceso a oportunidades de trabajo "aumentó notoriamente en los estratos sociales medios y altos, mientras que en los estratos muy bajos el 50 por ciento de la gente aún está desempleada o bajo subempleo indigente", y en cuanto a las necesidades psicológicas se concluye que “tres de cada diez personas adultas piensan que la propia conducta no puede modificar el entorno y carecen de la capacidad de elaborar proyectos a futuro, siendo este porcentaje mucho mayor en los estratos más bajos, donde a diferencia de los medios altos, no se han manifestado cambios positivos en los tres años analizados”.
"Está vigente un sistema social que, lejos de ser inclusivo con igualdad de acceso a oportunidades, logros de vida y de florecimiento humano, se presenta empobrecido y fragmentado", se insiste en el análisis de las inequidades.
El Barómetro también denuncia la existencia de "un sistema social no inclusivo", fruto de las "marcadas inequidades sociales y regionales que ofrecen los servicios públicos, la salud, educación, seguridad e infraestructura". Un cuadro de situación que genera "efectos negativos para la plena integración de la vida social y la calidad del sistema político institucional, alejando la posibilidad de un proyecto social común".
"Estos factores, a pesar de los esfuerzos realizados por el Estado en apoyo a los grupos más pobres, perpetúan una ampliación de la desigualdad e impiden que el progreso económico tenga impacto en el desarrollo humano", se afirma en el estudio.

Los niños pobres
Durante el acto en el auditorio Monseñor Derisi, que la UCA tiene en Puerto Madero, también se presentó otro informe –que se elaboró juntamente con la Fundación Arcor- sobre la deuda social de la infancia, que revela que de los 2.557.000 niños de entre 0 y 9 años que viven en conglomerados urbanos, el 48 por ciento son pobres y el 67,5 por ciento habita en hogares socialmente vulnerables.
Asimismo, determinó que el 50,8 por ciento de estos niños tiene bajo nivel educativo y que cuatro de cada diez tienen escasa atención de salud.

(Fuente: Agencia Informativa Católica Argentina)

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