miércoles, abril 18, 2007

“Luz de Vida”




UN ‘SAPUCAY DE ESPERANZA’ PARA PERSONAS
QUE PADECEN DISTINTAS ADICCIONES

El equipo está integrado por personas que fueron víctimas, sean sus familiares o ellas mismas, por distintas adicciones. Su objetivo es acompañar y ofrecer un ‘oído y un corazón’ a las necesidades de la gente. También ofrece un tratamiento ambulatorio de recuperación. Cuenta con el acompañamiento de la congregación franciscana. El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dialogó con Natalia Ruiz Díaz, quien, desde su experiencia personal, nos comentó cómo nace este grupo de autoayuda que muy pronto está por cumplir su primer año de vida.

“Mi papá era alcohólico. Como consecuencia de esta adicción murió. También mi hermano, hace tres años, se encontraba sumergido en el mundo de las drogas. Hoy, por gracia de Dios, lleva una vida normal. Antes, mi familia era un caos, ahora, con la gracia del Señor, nuestras vidas cambiaron”, dijo muy emocionada Natalia Ruiz Díaz, hoy miembro activo del grupo de autoayuda denominado “Luz de Vida”.
El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, dialogó con Ruiz Díaz para conocer cómo nace este grupo que el 1 de junio de este año está por cumplir su primer año de vida.
En el programa radial “Tendiendo Redes” (que se emite los martes de 19 a 20 por FM “San Cayetano” 102.7mhz), la joven señaló que “Luz de Vida” “nació el 1 de junio de 2006 con el compromiso de llegar a los hijos de Dios que hoy están padeciendo distintas adicciones”.
“Hoy –prosiguió- vemos como las familias se van destruyendo. Una persona adicta a las drogas, al alcohol, al juego, sólo contribuye al desmembramiento de una familia”.
Por eso manifestó que “Luz de Vida” tiene el objetivo de “acompañar a la persona, de ofrecer un par de oídos y un corazón ‘gigante’ y transmitir nuestra experiencia”.

El ‘calvario’ de Natalia
Natalia reconoció en forma humilde que “no somos profesionales en la materia sino simplemente personas que viven muy de cerca esta realidad”.
En otro momento de la entrevista se refirió sobre el ‘calvario’ que vivió ella y su familia hace un tiempo atrás. “Soy hija de padre alcohólico que falleció como consecuencia de esta adicción. También me tocó la triste realidad de tener a un hermano adicto a las drogas. Hoy, gracias a la ayuda de Dios, nuestras vidas cambiaron”.
Para el equipo, “Luz de Vida” es más que un voluntariado. “Gracias a este grupo de autoayuda, nosotros nos vamos comprometiendo más como laicos”, y luego explicó por qué ese nombre: “Nuestra intención es transmitir esa Luz que es Cristo, que quiere rescatar las vidas de esos jóvenes, y los frutos vemos en los testimonios y experiencias de ellos”.
Ruiz Díaz dio más detalles de lo que ofrece ese grupo. “Otra de las cosas que ofrecemos a la gente es un tratamiento ambulatorio de recuperación. Esto consiste más que nada en terapias individuales y grupales según la necesidad de la persona. También contamos con acompañamiento espiritual, porque nos basamos desde la fe, desde la experiencia de ser el modelo de testimonio de Cristo aquí en la tierra. Y por si esto fuera poco, contamos con el acompañamiento de la congregación franciscana”.

Grupo reducido de gran corazón
Los que integran este equipo “es un grupo muy reducido que el Señor fue llamando a cada uno. Quiero aclarar que es un voluntariado, por esto hoy te decía que somos personas que nos comprometimos con el Señor, y fue Él que nos llamó”.
“Luz de Vida” no se encuentra trabajando sólo. Detrás hay otras instituciones, en otros puntos del país, que también van colaborando con las personas que padecen adicciones. Así lo comentó Natalia: “Desde un primero momento les ofrecemos aquí un tratamiento ambulatorio. Luego, como segunda opción, le derivamos a la comunidad de vida llamada “El Buen Samaritano”, en Santa Fe. Nosotros trabajamos en redes. También existen numerosos grupos de autoayuda en Resistencia (Chaco)”.
Cuando una persona visita por primera vez “Luz de Vida”, el grupo, lo primero que hace es “contarle en qué consiste el tratamiento. Después vamos profundizando un poco más su situación. Sabemos que la persona que llega por primera vez al grupo lo hace con una mochila cargada de cosas. Ella comienza a hablar sin parar. Después comenzamos el tratamiento y profundizando su historia. Siempre pedimos que se acerquen las familias porque el tratamiento ambulatorio no sólo es para las personas afectadas, sino también para sus familiares, porque el núcleo familiar es muy importante a la hora del tratamiento”.

Carencia de afectos
Los casos que se presentan en “Luz de Vida” “son un poco de todo”, dijo Ruiz Díaz. Y agregó: “Sabemos que la persona que entró en ese ‘mundo’ se debe, en gran parte, a la carencia de afectos”.
Finalmente destacó algo muy importante que le da fuerza precisamente al grupo: la adoración a Jesús Eucaristía. “Nosotros recobramos fuerza cuando nos ponemos de rodillas ante el Señor. Él obró maravillas en todo este tiempo. Por eso nosotros siempre le pedimos a las familias de las ‘víctimas’ ‘pelar rodillas’ ante el Señor. Todos los lunes, a las 20, en la Iglesia de “La Merced”, se lleva a cabo adoración Eucarística. Están todos invitados”, señaló.Cabe señalar que “Luz de Vida” ofrece, en forma libre y gratuita, tratamiento ambulatorio, en los siguientes horarios: varones, los miércoles y viernes, de 18 a 19; mujeres, miércoles y viernes, de 18.30 a 20 y familias, lunes de 18 a 20. Para mayores informes, recabarlos a los celulares 15558914 (Natalia Ruiz Díaz) ó 15622052 (Santiago Toledo).

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