miércoles, abril 18, 2007

Con respecto al ‘Sistema Iberá’



SACERDOTES DE LA DIÓCESIS DE GOYA SOSPECHAN DE ‘UN GRAN NEGOCIO ECO TURÍSTICO’

Ellos son los presbíteros Humberto Schamberger, Luis María Adis, Víctor Hugo Arroyo e Hilario Barbarán. En ese marco, han elaborado una ‘carta abierta a la opinión pública’ para que conozcan sus pensamientos por este tema que les tiene preocupado, no sólo a ellos, sino también a todos los correntinos. Los sacerdotes temen que sus fieles sean desalojados de sus tierras cuando se concrete el proyecto de declarar de dominio público o “Parque Nacional” al “Sistema Iberá”. El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO) se hace eco de este reclamo por parte de nuestros hermanos sacerdotes de la Diócesis de Goya, donde sólo expresan la preocupación de un vasto sector del pueblo correntino.

Ellos salieron hablar en el nombre del pueblo. Están preocupados porque temen que sus fieles, y todo hombre de buena voluntad, se queden sin sus tierras a causa de un proyecto.
Se trata de los sacerdotes de la Diócesis de Goya quienes, a través de una ‘carta abierta a la opinión pública’, se pronunciaron en contra si se llegase a declarar de dominio público o “Parque Nacional” al “Sistema Iberá”.
Es que de prosperar el proyecto, los presbíteros Humberto Schamberger, Luis María Adis, Víctor Hugo Arroyo e Hilario Barbarán, piensan que los campesinos y familias de ese sector de la provincia de Corrientes se van a quedar sin casas.
Por eso, en el inicio de su ‘carta abierta’, manifiestan su preocupación por este tema y también por “el destino de los hermanos y hermanas que habitan esta amplia zona del Iberá, pobladores que hoy sufren por no saber qué sucederá con sus familias, tierras y posesiones”.
Los pastores de las comunidades de Mercedes creen “necesario y fundamental que se replantee, en el lugar que corresponde, el espacio y/o superficie dada a la tan mencionada ‘Reserva de Iberá’ (1.300.000 hectáreas)”.

Una ley poco clara
Más adelante agregan que “la ley, que en su momento determinó semejante dimensión, no señala con claridad los fundamentos para delimitar tamaña superficie. Es sabido que el sistema Iberá (lagunas, esteros y bañados) estrictamente se aproxima a las 480.000 hectáreas. Las otras 800.000 hectáreas, que en gran parte son tierra firme, privadas y fiscales, tradicionalmente estuvieron dedicadas a la producción agropecuaria”.
En otro momento de la carta realizan una ‘radiografía’ del lugar. “En el Departamento de Mercedes y dentro de la actual ‘Reserva’, existen trece parajes con antiguos y numerosos pobladores, pertenecientes casi todos ellos a nuestras comunidades cristianas. Por eso nuestra preocupación surge precisamente ante la probabilidad de que se concrete el proyecto de declarar de dominio público o “Parque Nacional” a este vasto territorio de la Reserva. Esto significaría –prosiguen- concretamente la expropiación de estas tierras y el consecuente desalojo de su gente”.
Por lo expuesto hasta aquí, ellos creen “que debe ser declarado como ‘Reserva’ el sistema Iberá en su real dimensión de 480 a 500 mil hectáreas; y su cuidado, manejo y administración debe corresponder a los municipios cuyos territorios están afectados o lindan con el Iberá, con debido asesoramiento y ayuda de la dependencia gubernamental provincial competente”.

Seria sospecha
Sin pelos en la lengua, ellos sospechan que detrás de todo esto podría existir “un gran negocio eco-turístico con la privatización y comercialización de nuestros recursos naturales en beneficio de unos pocos y acaudalados personajes”.
Pero no todo ‘son pálidas’ con respecto al ‘Sistema Iberá’. Los presbíteros reconocen y valoran “los diversos aportes científicos con que distintas organizaciones ayudaron a que todos tengamos una mayor conciencia de la responsabilidad humana en el cuidado del medio ambiente, la biodiversidad y los ecosistemas”.
De todos modos “no podemos dejar de defender principios que consideramos irrenunciables para la más simple ética humana como para nuestra conciencia de cristianos. Concretamente se trata aquí del valor y la dignidad de todo ser humano, sujeto y fin de todo emprendimiento sociocultural y socio ambiental”, señalaron destacando algunos de los fundamentos que señala la Doctrina Social de la Iglesia.
Los sacerdotes no quisieron olvidar en esta carta a todos aquellos hermanos que ya fueron desalojados de sus tierras. “Por eso repudiamos enérgicamente el desalojo y/o expulsión de antiguos moradores correntinos en diversos lugares de la ‘Reserva’” y también “rechazamos ciertas corrientes ecológicas que consideran al ser humano como enemigo de la naturaleza, su más peligroso agresor y por lo tanto sobrante”.Finalmente los curas de Mercedes lamentan “profundamente el silencio” del tema “por parte de nuestros funcionarios provinciales y locales. Después de dos años que este debate está instalado en la opinión pública, llama nuestra atención el silencio reinante, justo cuando la gente espera con incertidumbre una palabra autorizada que esclarezca la situación y apacigüe los ánimos de gran parte de nuestro campesinado”, concluyeron.

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