miércoles, agosto 13, 2008


La falta de trabajo estable sigue causando pobreza y exclusión

El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, aseguró que “la falta de trabajo estable y digno aún sigue siendo causa de pobreza y exclusión” tanto en el país como en la provincia de Misiones.
“La fragilidad laboral y el observar la fe de nuestro pueblo que expresa el pedido de trabajo y coloca el trabajo en una clave del problema económico y social, no es un tema nuevo en nuestra América Latina”, subrayó en su reflexión semanal.
El prelado denunció que “el flagelo del neoliberalismo que acentúa la exclusión en el continente fue denunciado abundantemente por el Magisterio de la Iglesia en los años 90, aun cuando muchos que en la actualidad se presentan como sus enemigos, antes lo consentían”, y reiteró que “hoy debemos señalar que este mal continúa y no necesito en esta reflexión acudir a datos estadísticos, sino a pinceladas de la realidad que son fruto del caminar, escuchar y compartir con la gente”.
“Cuando uno pregunta a mucha gente de nuestros barrios de qué vive, las respuestas -sostuvo- se reiteran y notamos que viven de formas subsidiadas, planes sociales con diversos nombres, algunos tienen empleos dignos, pero muchos, muchísimos logran alcanzar algunas changas, o bien viven del trabajo temporal que da la obra pública y la construcción, otros que están desocupados sobreviven con la solidaridad familiar y maneras de ayudas mutuas”.
Tras indicar que “la inclusión requerirá recordar aquello que vuelve a señalar Juan Pablo II, en Laborem Exercens, que el trabajo es el que produce el capital y por lo tanto debe ser el motor de la producción y la economía”, estimó que “crear trabajo y colocar a la persona en el centro del problema económico y social, será tener en cuenta el justo pedido de nuestra gente. El pedir trabajo, para tener el pan de cada día y vivir en paz”.
No obstante, expresó satisfacción por “numerosos emprendimientos que desde distintas organizaciones sociales, también desde Cáritas buscan dignificar la persona con iniciativas, así como también es esperanzador el apoyo provincial a diversos emprendimientos rurales y el crecimiento de las ferias francas”.
Por último, monseñor Martínez insistió en que “en cada capilla de barrio, siguen resonando diversos problemas, cuando la gente se acerca con sus dolores de corazón y con sus sufrimientos”, y reconoció que “también se acerca la mendicidad y la pobreza que siempre desfiguran la dignidad humana y pone al descubierto nuestras respuestas precarias”.

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