Hacia una mirada integral por el bien de nuestros adultos mayores
La Junta Promotora del Consejo Provincial de Adultos Mayores tiene una meta: la participación plena de los adultos en todos los ámbitos.
Por eso su máximo desafío es, en estos tiempos, que los representantes de todas las áreas de Gobierno, más las organizaciones sociales, credos, etc., tengan una mirada integral acerca de los derechos que le caben a los adultos mayores y, por supuesto, que puedan ser respetados.
En ese contexto, se reunieron recientemente en el ‘Salón Verde’ de Casa de Gobierno referentes de los distintos sectores del Gobierno, instituciones intermedias y organizaciones gubernamentales relacionadas con la temática del Adulto Mayor.
En la oportunidad estuvieron presentes el Director de Minoridad y Familia, Carlos Cassella; representantes de la Subsecretaría de Cultura; la presidenta del Consejo de la Mujer, Karina Escalante; entre otros.
El tema propuesto fue: “Líneas de Acción del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación dirigidas a los Adultos Mayores”. La disertación estuvo a cargo de la licenciada Alicia Pérez de Cruz, quien es jefa del Departamento de Servicio Social de la Dirección de Minoridad y Familia.
El deseo del Consejo
El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, dialogó con la profesional y dijo que el interés que tiene la Junta Promotora del Consejo Provincial de Adultos Mayores es “lograr la participación plena de los adultos en todos los quehaceres”, señaló. En ese momento recordó que nuestros mayores poseen numerosos documentos, no sólo nacionales, sino también internacionales, donde señalan los derechos que ellos deberían gozar a esa edad.
Por eso uno de los objetivos que está apuntando el Consejo Provincial es que todas las áreas de Gobierno, organizaciones no gubernamentales, tercer sector, credos, etc., “puedan tener una mirada integral acerca de los derechos de nuestros adultos mayores”, indicó.
“Nuestra intención –prosiguió Alicia Pérez de Cruz- es que nuestros abuelos puedan gozar, como cualquier ciudadano, de los derechos que le corresponden”.
El desafío del Siglo XXI
Más adelante dijo que el “gran desafío del Siglo XXI es la explosión demográfica de las personas mayores. El promedio de vida es cada vez mayor, entonces hay que ir tomando serias acciones. A veces no nos damos cuenta de esta dimensión, pero hay que tomarlo con mucha seriedad y preparación”, sentenció.
Luego denunció sin rodeos que en Corrientes “sí son vulnerados permanentemente los derechos que tienen nuestros adultos mayores”. Y dio ejemplo claro de lo que uno observa en la vida diaria: “No darle el asiento en el colectivo a una persona mayor es vulnerar un derecho. También no saludarlo con respeto. No darle una mirada de afecto. No darle un vaso de agua cuando lo necesita, etc.”.
Por otra parte destacó la importancia de contar con un frente provincial a nivel nacional en el Consejo Nacional del adulto Mayor. Asimismo comentó que este año se iniciará una ampliación de la propuesta de la conformación de Consejos de Adultos Mayores con los municipios del Interior de Corrientes.
“La idea es que cada sector de la Provincia este representado y que todos aporten en políticas para el bienestar del adulto mayor”, resaltó Pérez de Cruz.
Una ‘carta’ para tener en cuenta
La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) también nos habla acerca de nuestros ancianos. El Santo Padre Juan Pablo II, en su ‘Carta a los ancianos’ (01-10-99), expresa, entre otras cosas que “los ancianos ayudan a ver los acontecimientos terrenos con más sabiduría, porque las vicisitudes de la vida los han hecho expertos y maduros. Ellos son depositarios de la memoria colectiva y, por eso, intérpretes privilegiados del conjunto de ideales y valores comunes que rigen y guían la convivencia social. Excluirlos es como rechazar el pasado, en el cual hunde sus raíces el presente, en nombre de una modernidad sin memoria. Los ancianos, gracias a su madura experiencia, están en condiciones de ofrecer a los jóvenes consejos y enseñanzas preciosas”.
En otro de los párrafos manifiesta: “Honrar a los ancianos supone un triple deber hacia ellos: acogerlos, asistirlos y valorar sus cualidades. En muchos ambientes eso sucede casi espontáneamente, como por costumbre inveterada. En otros, especialmente en las Naciones desarrolladas, parece obligado un cambio de tendencia para que los que avanzan en años puedan envejecer con dignidad, sin temor a quedar reducidos a personas que ya no cuentan nada”.
La Junta Promotora del Consejo Provincial de Adultos Mayores tiene una meta: la participación plena de los adultos en todos los ámbitos.
Por eso su máximo desafío es, en estos tiempos, que los representantes de todas las áreas de Gobierno, más las organizaciones sociales, credos, etc., tengan una mirada integral acerca de los derechos que le caben a los adultos mayores y, por supuesto, que puedan ser respetados.
En ese contexto, se reunieron recientemente en el ‘Salón Verde’ de Casa de Gobierno referentes de los distintos sectores del Gobierno, instituciones intermedias y organizaciones gubernamentales relacionadas con la temática del Adulto Mayor.
En la oportunidad estuvieron presentes el Director de Minoridad y Familia, Carlos Cassella; representantes de la Subsecretaría de Cultura; la presidenta del Consejo de la Mujer, Karina Escalante; entre otros.
El tema propuesto fue: “Líneas de Acción del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación dirigidas a los Adultos Mayores”. La disertación estuvo a cargo de la licenciada Alicia Pérez de Cruz, quien es jefa del Departamento de Servicio Social de la Dirección de Minoridad y Familia.
El deseo del Consejo
El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, dialogó con la profesional y dijo que el interés que tiene la Junta Promotora del Consejo Provincial de Adultos Mayores es “lograr la participación plena de los adultos en todos los quehaceres”, señaló. En ese momento recordó que nuestros mayores poseen numerosos documentos, no sólo nacionales, sino también internacionales, donde señalan los derechos que ellos deberían gozar a esa edad.
Por eso uno de los objetivos que está apuntando el Consejo Provincial es que todas las áreas de Gobierno, organizaciones no gubernamentales, tercer sector, credos, etc., “puedan tener una mirada integral acerca de los derechos de nuestros adultos mayores”, indicó.
“Nuestra intención –prosiguió Alicia Pérez de Cruz- es que nuestros abuelos puedan gozar, como cualquier ciudadano, de los derechos que le corresponden”.
El desafío del Siglo XXI
Más adelante dijo que el “gran desafío del Siglo XXI es la explosión demográfica de las personas mayores. El promedio de vida es cada vez mayor, entonces hay que ir tomando serias acciones. A veces no nos damos cuenta de esta dimensión, pero hay que tomarlo con mucha seriedad y preparación”, sentenció.
Luego denunció sin rodeos que en Corrientes “sí son vulnerados permanentemente los derechos que tienen nuestros adultos mayores”. Y dio ejemplo claro de lo que uno observa en la vida diaria: “No darle el asiento en el colectivo a una persona mayor es vulnerar un derecho. También no saludarlo con respeto. No darle una mirada de afecto. No darle un vaso de agua cuando lo necesita, etc.”.
Por otra parte destacó la importancia de contar con un frente provincial a nivel nacional en el Consejo Nacional del adulto Mayor. Asimismo comentó que este año se iniciará una ampliación de la propuesta de la conformación de Consejos de Adultos Mayores con los municipios del Interior de Corrientes.
“La idea es que cada sector de la Provincia este representado y que todos aporten en políticas para el bienestar del adulto mayor”, resaltó Pérez de Cruz.
Una ‘carta’ para tener en cuenta
La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) también nos habla acerca de nuestros ancianos. El Santo Padre Juan Pablo II, en su ‘Carta a los ancianos’ (01-10-99), expresa, entre otras cosas que “los ancianos ayudan a ver los acontecimientos terrenos con más sabiduría, porque las vicisitudes de la vida los han hecho expertos y maduros. Ellos son depositarios de la memoria colectiva y, por eso, intérpretes privilegiados del conjunto de ideales y valores comunes que rigen y guían la convivencia social. Excluirlos es como rechazar el pasado, en el cual hunde sus raíces el presente, en nombre de una modernidad sin memoria. Los ancianos, gracias a su madura experiencia, están en condiciones de ofrecer a los jóvenes consejos y enseñanzas preciosas”.
En otro de los párrafos manifiesta: “Honrar a los ancianos supone un triple deber hacia ellos: acogerlos, asistirlos y valorar sus cualidades. En muchos ambientes eso sucede casi espontáneamente, como por costumbre inveterada. En otros, especialmente en las Naciones desarrolladas, parece obligado un cambio de tendencia para que los que avanzan en años puedan envejecer con dignidad, sin temor a quedar reducidos a personas que ya no cuentan nada”.
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