"El laico no sólo debe buscar su propia santidad, sino también la de los demás"
Se trata del presbítero doctor Héctor Oltmann. Los miembros de la Asociación de Cooperadores del Opus Dei le trajeron al religioso para que hablara sobre “Sociedad y Vida Cristiana”.
“…difundid en la sociedad, sin distinción de raza, clase, cultura o edad, la conciencia de que todos estamos llamados a la santidad”.
Con este pensamiento del santo Josemaría Escrivá de Balaguer, visitó la Arquidiócesis de Corrientes el presbítero doctor Héctor Montañes Oltmann (Foto), quien fue invitado por la Asociación de Cooperadores del Opus Dei.
El tema de su conferencia, que se llevó a cabo en las instalaciones del Colegio de Magistrados de Corrientes, fue: “Sociedad y Vida Cristiana” y “Contribuciones a las enseñanzas de Josemaría Escrivá”.
El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, dialogó con el Padre Oltmann sobre esta relación: “Sociedad y Vida Cristiana”.
Al inicio de la entrevista, el presbítero agradeció a la Asociación de Cooperadores del Opus Dei por traerlo a Corrientes y hablar sobre las enseñanzas del fundador del Opus Dei.
En lo ordinario, la santidad
Luego dijo que la vida de Josemaría Escrivá de Balaguer está muy relacionada con la sociedad, “porque fue un hombre que en lo cotidiano, en lo ordinario de la vida, fue santificando su vida y, además, fue contagiando a otras personas”.
Más adelante manifestó que el santo Josemaría “no quiso ser fundador de nada” y que todo se fue dando “como una voluntad de Dios. El 2 de octubre de 1928 ve con claridad, o mejor dicho, el Señor lo hace ver con transparencia la llamada universal a la santidad. Esto quiere decir que cualquier persona puede ser santa desde el lugar donde se encuentre”.
Y agregó el doctor: “Para llegar a ser santo, no hace falta hacer cosas extraordinarias, sino simplemente poner mucho amor en las cosas simples u ordinarias de la vida. Tanto en el año 1928 como ahora, creo que este concepto todavía algunos no lo tienen muy claro. A veces se piensa todavía que para tomar ‘en serio a Dios’ hay que ser sacerdote, religiosa u Obispo; sin embargo esto no es así. O bien que existe para el laico una santidad de segunda categoría, y éste pensamiento contrasta mucho con el Evangelio”.
La presencia de Dios
El presbítero Oltmann recorrió muchas partes de nuestra Argentina, y el se mostró sorprendido al ver a muchos laicos que son conscientes de que el Señor actúa en sus distintos ambientes, sienten la presencia de Dios en sus lugares de trabajo. “Esto es bueno porque entonces en el servicio al otro ellos mismos van logrando un encuentro con Dios, quizás sin darse cuenta”.
Finalmente el religioso aclaró que “el laico no tiene que ‘meterse’ en la sociedad porque ya está inserto, solamente tiene que desplegar sus potencialidades de cristiano católico en sus distintos ambientes”. También exhortó a los católicos que “uno no solamente debe buscar la santidad para uno mismo, sino que también debe colaborar para que el otro llegue a la santidad. Y eso no es fácil. Hoy no debemos conformarnos con ir a Misa los domingos solamente, debemos desplegar la fuerza de la Eucaristía en nuestros ambientes”, concluyó.
Se trata del presbítero doctor Héctor Oltmann. Los miembros de la Asociación de Cooperadores del Opus Dei le trajeron al religioso para que hablara sobre “Sociedad y Vida Cristiana”.
“…difundid en la sociedad, sin distinción de raza, clase, cultura o edad, la conciencia de que todos estamos llamados a la santidad”.
Con este pensamiento del santo Josemaría Escrivá de Balaguer, visitó la Arquidiócesis de Corrientes el presbítero doctor Héctor Montañes Oltmann (Foto), quien fue invitado por la Asociación de Cooperadores del Opus Dei.
El tema de su conferencia, que se llevó a cabo en las instalaciones del Colegio de Magistrados de Corrientes, fue: “Sociedad y Vida Cristiana” y “Contribuciones a las enseñanzas de Josemaría Escrivá”.
El Centro de Investigación y Capacitación Social (CICSO), dependiente del Arzobispado de Corrientes, dialogó con el Padre Oltmann sobre esta relación: “Sociedad y Vida Cristiana”.
Al inicio de la entrevista, el presbítero agradeció a la Asociación de Cooperadores del Opus Dei por traerlo a Corrientes y hablar sobre las enseñanzas del fundador del Opus Dei.
En lo ordinario, la santidad
Luego dijo que la vida de Josemaría Escrivá de Balaguer está muy relacionada con la sociedad, “porque fue un hombre que en lo cotidiano, en lo ordinario de la vida, fue santificando su vida y, además, fue contagiando a otras personas”.
Más adelante manifestó que el santo Josemaría “no quiso ser fundador de nada” y que todo se fue dando “como una voluntad de Dios. El 2 de octubre de 1928 ve con claridad, o mejor dicho, el Señor lo hace ver con transparencia la llamada universal a la santidad. Esto quiere decir que cualquier persona puede ser santa desde el lugar donde se encuentre”.
Y agregó el doctor: “Para llegar a ser santo, no hace falta hacer cosas extraordinarias, sino simplemente poner mucho amor en las cosas simples u ordinarias de la vida. Tanto en el año 1928 como ahora, creo que este concepto todavía algunos no lo tienen muy claro. A veces se piensa todavía que para tomar ‘en serio a Dios’ hay que ser sacerdote, religiosa u Obispo; sin embargo esto no es así. O bien que existe para el laico una santidad de segunda categoría, y éste pensamiento contrasta mucho con el Evangelio”.
La presencia de Dios
El presbítero Oltmann recorrió muchas partes de nuestra Argentina, y el se mostró sorprendido al ver a muchos laicos que son conscientes de que el Señor actúa en sus distintos ambientes, sienten la presencia de Dios en sus lugares de trabajo. “Esto es bueno porque entonces en el servicio al otro ellos mismos van logrando un encuentro con Dios, quizás sin darse cuenta”.
Finalmente el religioso aclaró que “el laico no tiene que ‘meterse’ en la sociedad porque ya está inserto, solamente tiene que desplegar sus potencialidades de cristiano católico en sus distintos ambientes”. También exhortó a los católicos que “uno no solamente debe buscar la santidad para uno mismo, sino que también debe colaborar para que el otro llegue a la santidad. Y eso no es fácil. Hoy no debemos conformarnos con ir a Misa los domingos solamente, debemos desplegar la fuerza de la Eucaristía en nuestros ambientes”, concluyó.
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